El Pollino De Jesús
Antes de entrar en Jerusalén, el Señor Jesús envió a dos de Sus discípulos a buscar algo que Él necesitaba. Vea lo que Está Escrito en el capítulo 11 del libro de Marcos:
“Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, cerca del monte de los Olivos, envió a dos de Sus discípulos, y les dijo: ‘Id a la aldea enfrente de vosotros, y tan pronto como entréis en ella, encontraréis un pollino atado en el cual nadie se ha montado todavía; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dice: «¿Por qué hacéis eso?», decid: «El Señor lo necesita»; y enseguida lo devolverá acá»’. Ellos fueron y encontraron un pollino atado junto a la puerta, afuera en la calle, y lo desataron. Y algunos de los que estaban allí les dijeron: «¿Qué hacéis desatando el pollino?» Ellos les respondieron tal como Jesús les había dicho, y les dieron permiso. Entonces trajeron el pollino a Jesús y echaron encima sus mantos, y Jesús Se sentó sobre él. Y muchos tendieron sus mantos en el camino, y otros tendieron ramas que habían cortado de los campos. Los que iban delante y los que Le seguían, gritaban: «¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor…» Marcos 11:1-9
La única vez en toda la Biblia de Génesis a Apocalipsis que Dios dijo: “Yo necesito”, fue cuando pidió que Sus discípulos fueran a buscar a ese pollino que nunca había sido montado por nadie. Es decir, las primicias de la Creación. Dios, Creador de todas las cosas, de la naturaleza y de la humanidad, demandó que Le trajeran a ese animal que nunca había sido montado como señal de Primicia, Honra al Creador. Dios merece lo Principal, lo Primero, como señal de consideración, gratitud y fidelidad.
Pero Él sabía que el mal intentaría de alguna forma impedirlo, así que, anticipándose, les Dijo que si alguien les preguntaba por qué desataban al pollino contestaran: “Porque el Señor lo necesita, pero luego lo devolvería”.
En otras palabras, todo lo que Dios nos Pide que hagamos es porque tendremos la honra de servirLe, la oportunidad de interactuar con Él.
La fe, la gratitud, amor y fidelidad son abstractos, pero voy a dar algunos ejemplos claros de cuando los materializamos para Dios:
- cuando oramos,
- cuando realizamos la unción con el Aceite de Señales y Prodigios,
- cuando presentamos nuestras ofrendas voluntarias,
- cuando alabamos con fervor,
- cuando separamos antes de hacer nada las primicias y las traemos a Su Altar,
- cuando hacemos el bien a alguien, sin esperar algo a cambio,
- cuando oramos y Le damos las gracias antes de comer,
Le estamos demostrando la fe, la fidelidad, la gratitud, el amor, la dependencia, el reconocimiento de que Él es el Señor de nuestras vidas, estamos materializando la fe, el amor, la confianza, la dependencia, porque todo esto es abstracto, pero cuando yo oro, ayuno, me unjo, diezmo, ofrendo, ¿qué estoy haciendo? Materializando la fe. No es Dios Quien lo necesita, somos nosotros los que necesitamos manifestar esta fe y Él quiere que manifestemos la fe para que, a través de ella, Él llegue a otros a través de nosotros, como llegó a muchos sobre el pollino, que estaba atado.
Usted no puede estar atado, su fe, su conciencia, su vida, su alma no puede estar atada al pasado, a malos ejemplos, nosotros no podemos aceptar estar atados a cosas, dinero, a personas, a lugares, a situaciones que marcaron nuestra vida positiva o negativamente, porque ya son pasado, porque ni Dios vive de la gloria del pasado.
Cuando Jesús pidió que desataran al pollino les estaba diciendo que aprendieran a ser libres.
Usted se vuelve el pollino de Jesús, cuando da testimonio de El en su manera de ser, en su carácter. Cuando usted administra su empresa de manera justa, íntegra, cuando lidia con su patrón o con su jefe o con los encargados y es un ejemplo para ellos, está siendo ese pollino, este medio de transporte que va a conducir a Jesús a su familia y conocidos.
Cuando en casa, ante una situación frente a la que todos reaccionan negativamente, murmurando, renegando, desesperándose, usted lo hace positivamente como quien tiene al Príncipe de la Paz dentro de su corazón, con equilibrio, con esperanza, con firmeza, con certeza: “no estamos solos en esta batalla, pero tenemos que batallar, y Dios batalla con nosotros”, usted es la fuerza, la paz, el equilibrio, la esperanza, usted está siendo el pollino en su hogar.
Este pollino hoy, es cuando usted está dispuesto a evangelizar a alguien en el transporte, cuando les ofrece un periódico a las personas que están sentadas, y muchas veces, logran llegar a la Iglesia a través de alguien que les entregó un diario con unas pocas palabras acompañadas de fe y esperanza que las ayudó. Y nadie lo vio, sino Dios, que ve todo lo que hacemos, principalmente cuando estamos allá afuera, delante de las dificultades o de las oportunidades.
Espiritualmente hablando hay gente que no despierta y que no madura en la fe.
Usted decide, si quedar atado como el pollino, o decide convertirse en el pollino de Jesús y llevar vida y esperanza para las personas.
Obispo Júlio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
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