¡Hay una bomba de tiempo activada!
Cada día que pasa nuestra Salvación está más cerca, sea por el regreso de Jesús o por el día de nuestra muerte. Cada nuevo día es un día menos.
Observe lo que dice la Palabra de Dios:
«Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra Salvación que cuando creímos», Romanos 13:11.
¡Hay una bomba de tiempo activada y la mayoría simplemente ignora este hecho! Aunque las señales son evidentes para todos, las personas siguen indiferentes, dormidas espiritualmente.
No obstante, nosotros, siervos de Dios, conocemos el tiempo. Por eso, no podemos permitirnos caer en ese sueño de la muerte, del pecado, de la incredulidad, del conformismo.
El que duerme ese sueño pierde tiempo con tonterías, se distrae fácilmente con las cosas de este mundo, con las vanidades.
El que duerme el sueño de la muerte espiritual gasta horas preciosas en entretenimiento inútil, en las redes sociales o viendo un programa de televisión que no le proporciona información ni le suma nada a su educación y a su formación.
El que duerme este sueño de la muerte se preocupa más por su vida que por la vida de los demás, hablando mal y mirando todo y a todos con malos ojos.
El que duerme el sueño de la muerte eterna no quiere desprenderse de sus malos hábitos, de su pasado ni del orgullo, al contrario, quiere aferrarse al resentimiento, porque no acepta perdonar ni sacrificar.
Atención, obreros, CPOs, evangelistas, auxiliares y siervos de Dios, sepan esto, ¡todos corremos este riesgo!
Por lo tanto, debemos vigilar y mantener nuestra fe pura para no caer en este sueño de la muerte eterna. Debemos mantener nuestros ojos iluminados, con la plena conciencia de que la Salvación está cada día más cerca.
Que nuestra oración siga siendo como la de David, cuando clamó:
«Mira, respóndeme, oh Señor Dios mío; alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte…», Salmos 13:3.
Si usted está dormido en la fe, sea humilde y reconozca que ya es momento de despertar, reconozca su verdadero estado y abra los ojos espirituales mientras aún está vivo.
Y usted que ya perdió la alegría de la Salvación, sepa que todavía hay tiempo de rescatarla. Acérquese al Altar de una Universal cuanto antes y entréguele su vida al Altísimo.
No se olvide de que su Salvación está cada día más cerca, por eso, ¡no pierda tiempo en tonterías!
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas