¿Quién se alegra en las tribulaciones?

Solo se alegran en las tribulaciones los que se sujetan a la voluntad de Dios y tienen plena seguridad de su fe, de que hicieron lo correcto, lo que Dios quería que hicieran.

Las pruebas son una consecuencia en la vida de un obrero y de un auxiliar de pastor que vive el Evangelio que predica. Esas pruebas son las situaciones difíciles que comprueban lo siguiente:
• La fe, la lealtad y la confianza del siervo de Dios.
• Su capacidad de superación.
• Sus preceptos, principios morales y convicciones.

Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:3-5

Cuando leo las Epístolas, veo al Espíritu Santo pidiéndonos que consideremos las pruebas como un motivo de alegría, a causa de los beneficios que esas experiencias nos proporcionan, como la formación del carácter, la madurez espiritual y la perseverancia en la fe.

Un siervo solo puede tener un gozo profundo en medio de las tribulaciones si mantiene una relación estrecha con su Padre, Señor y Dios, quien le da el entendimiento y la fuerza necesaria para sobrepasar las adversidades y los sentimientos.

Por eso, preste atención:
Si no enfrenta sus dificultades con la conciencia de que extraerá valiosos aprendizajes, se volverán un peso difícil de soportar y terminará buscando a quién acusar. En eso no hay honra ni galardón.

¡Juntos hasta el fin!

¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!

Obispo Júlio Freitas