¿Por qué somos contrariados por el Espíritu Santo?

Porque Él quiere protegernos y no perdernos.
Como nuestras inclinaciones nos desvían de la fe inteligente y sacrificial, estas nos desvían del Altar.

El Espíritu Santo nos contraría porque quiere moldearnos, hacernos más útiles y usados en Su obra.

El Espíritu Santo nos contraría para que podamos madurar y, de esta manera, hacer discípulos.

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque el deseo (la lucha) de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
Gálatas 5:16-21

En resumen: somos contrariados para que seamos preservados en espíritu (mente), alma (corazón) y cuerpo (vida).

¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!

Obispo Júlio Freitas