Cuidado con las sugerencias

Debemos poner nuestra mirada exclusivamente en el Autor y Consumador de nuestra fe, y ese es Jesús. Satanás y sus demonios son muy listos y saben que no pueden robar nuestra fe, ni tocarla o hacer que la neguemos, pero sí pueden sugerir cosas que nos hagan tropezar en la fe y quitar la mirada de Jesús y Su Palabra, poniéndola en personas, en cosas o en nosotros mismos, y así hacernos olvidar de Él y de Su Palabra.

Vea que Satanás, no pudiendo tocar al hombre, al que le había sido dado todo poder y autoridad, le sugirió a la mujer que podía comer del fruto del árbol y que no le pasaría nada, y esa sugerencia quedó sembrada en ella, ¡cuidado con las sugerencias!

A veces alguien le sugiere algo incluso queriendo ayudarle —un abogado, un especialista, un familiar, un amigo— pero ese consejo ¿es de la voluntad de Dios? Cuando no pesamos en la Palabra de Dios los consejos que recibimos de las personas, corremos el riesgo de ser influenciados y sufrir las consecuencias.

Dios le había dicho a Eva que no comiera, porque moriría, y el diablo le dijo que no iba a morir. Aquella sugerencia quedó en la mente de Eva, y dice el Texto Sagrado en el capítulo 3, versículo 6 de Génesis:

“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer…”

Ella pasaba por allí todos los días, pero después de que Satanás le sugirió que comiera, empezó a mirar al árbol como “bueno para comer”. Vea la diferencia, antes el árbol era bonito, pero no para comer, sino para admirarlo y respetarlo, y ahora, después de la sugerencia, el mismo árbol al que antes miraba con reverencia, temor, fidelidad y respeto hacia Dios, pasó a ser mirado como deseable para comer…

“… y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió”.

Cuidado con las sugerencias. Por ejemplo usted que es hijo y escuchó una sugerencia de que su padre esto, de que su madre esto otro, de que su padre es su enemigo, de que no cree en usted, de que no lo ama… Mentira, el plan del mal es poner a los hijos contra los padres, hacer que miren a sus padres como rivales o como enemigos. Sabiendo que no puede tocarlos, va y sugiere: “tu papá te dijo no”, “tu mamá te negó esto”, con la intención de cambiar la manera en la que usted mira a las cosas o a los demás.

Cuidado con las sugerencias de los espíritus malignos que le hablan en la mente sobre un empleado suyo, o a usted empleado sobre la empresa, que lo explotan, que no lo valoran, que su patrón esto, que le están robando, etc.…

¡Cuidado! No le dé alas a la sugerencia, sea de alguien, sea de usted mismo, de sus inclinaciones, de una deducción o de pensamientos que el mal sopla en su mente. Porque aún no cometió ningún error, pero, a través de una sugerencia de alguien, de usted mismo, del mal, puede meterse en grandes problemas, cuando comienza a mirar a alguien o a algo con malos ojos.

Esos espíritus malignos son listos y crean situaciones para que muchos hombres fieles, que aman a sus esposas, empiecen a mirar a una mujer con otros ojos, antes eran de admiración con respeto, y pasan a ser “ojos llenos de adulterio” (2 Pedro 2:14). Y entonces tendrán problemas, ante todo con Dios, porque Le desobedecen y pierden la paz. Otros, debido a una sugerencia, se meten en negocios ilícitos, en la corrupción, y Dios los está viendo y no los va a bendecir porque Él pesa la intención del corazón, y Él perdona, pero usted va a sufrir las consecuencias de su error.

Es necesario todo el cuidado con las sugerencias, averigüe, pese con la Palabra de Dios, vea si la sugerencia está alineada con la Palabra.

Vea lo que está escrito en el capítulo 6, versículos 21 al 24 del libro de Mateo:

“… porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” 

Es decir, usted va a poner su corazón, su confianza, su amor, en lo que valore. Por eso el Primer Mandamiento es “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. No es por casualidad, si usted hace de Dios su Tesoro está protegido, blindado, usted va a madurar, va a cometer errores porque es humano, pero va a aprender de ellos y no los va a repetir y va a desarrollar su vida y va a glorificar a Dios.

“La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz…”

Cuando nuestros ojos están sanos, cuando miramos el lado bueno de los demás y de las cosas, reaccionamos con fe. Cuando miramos con malos ojos reaccionamos con egoísmo, con desconfianza, con malicia.

Por ejemplo a los propósitos de la Iglesia, al Lienzo del Abrigo del Altísimo, al Ayuno de Daniel, a la Hoguera Santa, al sacrificio, al trabajo evangelístico, quien los mira con buenos ojos es bendecido, y quien no, pierde. Es todo según los ojos con los que usted mira. ¿Cómo se ve usted como padre, como ciudadano? Usted tiene que verse como Dios lo ve, y Él lo ve con buenos ojos, ve su lado bueno y no su lado malo.

“Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!” 

Él está diciendo que, si usted que conoce la Verdad, ve lo que es malo como no tan grave, está aceptando sugerencias del mal o de personas que no están bien espiritualmente y es peor que el incrédulo. ¿Y quién va a alumbrarle o a hacerle reaccionar si usted justifica su mirar con malos ojos?

“Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

O está Dios en primer lugar o está alguien más. Mire con buenos ojos, mire a su alma y a su salvación con buenos ojos, como lo principal, como lo más importante. No viva por el dinero, para servirlo, para vivir corriendo detrás él. “¡Pero es para realizar mis sueños!” El Único que le va a realizar los sueños es Dios! Trabaje, pero no ponga al dinero como su señor, no abandone al Señor para cuidar el dinero con el que Él lo bendijo.

Ob. Julio F.
¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!

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