Una mañana de ayuno, oración y humillación para resolver lo imposible en la vida de todos los que se acercaron al Templo de los Milagros.
Muchas personas no alcanzan la victoria porque, aunque hacen el 99,9 % de las cosas, les falta el 0,1 %, que es agradecerle anticipadamente a Dios por la conquista.
«Y Él les dijo: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible. Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno.» Mateo 17:20-21
El tamaño de nuestra fe no es relevante si está contaminada; es mejor que sea pequeña como un grano de mostaza y que tenga la pureza para mover montañas.
La fe nos lleva al Altar, el Altar nos conduce al sacrificio, y el sacrificio atrae a la presencia de Dios, de esta manera, Dios es glorificado.
Moisés entendió el llamado de Dios para subir al Altar, por eso, subió con toda su vida. La presencia de Dios no solo se le apareció, sino que lo acompañó.
Ob. Julio F.
¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!
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