Y dijeron…

“… y dijeron: ¿Es cierto que el SEÑOR ha hablado solo mediante Moisés? ¿No ha hablado también mediante nosotros? Y el SEÑOR lo oyó”. Números 12:2

“¿Por qué, pues, no temisteis hablar contra Mi siervo, contra Moisés? Y se encendió la ira del SEÑOR contra ellos, y Él Se fue. Pero cuando la nube se retiró de sobre la tienda, he aquí que Miriam estaba leprosa, blanca como la nieve. Y cuando Aarón se volvió hacia Miriam, vio que estaba leprosa”. Números 12:8-10

Miriam fue reprobada por Dios porque cuando murmuró contra Moisés no lo hizo con la intención de querer ser una profetisa para salvar y ayudar al pueblo… sino con la intención de ser reconocida, de tener una posición, lo hizo mirando a su propia vida y no a los demás.

Si la actitud de Miriam hubiese sido la correcta, una actitud sincera, como la que Moisés quería —“Pero Moisés le dijo: ¿Tienes celos por causa mía? ¡Ojalá todo el pueblo del SEÑOR fuera profeta, que el SEÑOR pusiera Su Espíritu sobre ellos!” (Números 11:29)— ella habría sido aprobada por Dios, y llena de Su Presencia! Pero no, porque había otras intenciones por detrás de esa posición que quería ocupar.

– La lepra fue solo consecuencia de lo que había adentro de ella…

– Y, tristemente, hay muchos que hoy cargan también esa lepra en su interior, en su vida espiritual, porque miran más a su propia vida que a las almas, se preocupan más por una posición o estatus en la Obra y en la sociedad que por ganar almas.

– Y lo que prueba eso es que no sacrifican ni su proprio yo… mucho menos las otras cosas.

– ¡Juntos hasta el final!

Ob. Julio F.
¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!

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