Las 4 etapas del bautismo con Fuego en los misioneros y auxiliares
1.ª ETAPA: Los tres niveles de tentaciones
El primer nivel de tentación son las necesidades físicas, por ejemplo:
- Material: así como Jesús tuvo hambre, usted necesita resistir el “hambre” de querer tener cosas materiales, porque son superficiales o innecesarias, como ropa de marca, muchos calzados, Tablet, reloj, joyas, etc.
- Emocional: depender de la atención de amigos, de la novia, entre otros.
- Familiar: sufrir por la soledad; por la falta de los padres, de los hermanos, de los tíos, de los primos. Jesús mencionó sobre la condición de los que quieren servirlo, no deben estar aferrados a nadie, incluso mencionó a la familia.
- Sexual: ceder a los impulsos sexuales. Los sueños eróticos no los puede evitar, pero puede evitar ver imágenes indecentes, puede evitar a la mujer que le atrae sexualmente y le produce excitación y deseos sexuales.
- Alimentaria: comer más de lo que necesita es glotonería. Comer solo lo que le gusta, alimentos procesados, que no son saludables, con la excusa de que no tiene quien le cocine. Por eso, usted debe aprender a preparar su propia comida y elegir las más saludables.
- Física: tener una vida sedentaria, no hacer ejercicios físicos. Usted necesita ejercitarse, no por vanidad, sino para cuidar su salud y poder servir a Dios más y mejor, con vigor y energía.
El segundo nivel de tentación es el ministerial:
- Pináculo del templo: el diablo llevó a Jesús hasta el pináculo del templo en el inicio de Su ministerio con el fin de tentarlo. El significado de tentar a Dios es pensar que no habrá consecuencias de las decisiones y elecciones que haga por el hecho de hacer la obra de Dios, pero no la voluntad de Dios. Esta tentación viene principalmente para los que tienen acceso a la parte más alta del pináculo, es decir, para los que hacen la obra de Dios. Sin embargo, cuando usted hace Su voluntad tiene paz, es seguro y no tiene miedo.
- Esperar que Dios haga lo que usted tiene que hacer: sepa que Dios solo hace Su parte cuando concluimos la nuestra. El pináculo del templo puede ser cuando usted hace su parte, porque hay desarrollo, como una casa de oración que se volvió un núcleo y ahora es una iglesia.
- Los elogios: cuando alguien le haga un elogio no es para que se exalte, sino para que se humille aún más. Porque, cuando las personas iban al templo, lo primero que veían era el pináculo, y el pináculo es para que Dios sea venerado, no el hombre.
- Orgullo: satanás quiere que usted se llene de sí mismo, de orgullo, para que se vuelva un anticristo, así como él que fue un ángel y se volvió belcebú.
- La tentación del pináculo: también se refiere a los que no vieron el resultado esperado y quieren lanzarse, tentando a Dios, diciendo que, si Él no les da esto o lo otro, saldrán de Su obra. Nunca ponga en riesgo su unción o llamado por nada ni nadie.
- Resultado: la misión y la unción son más importantes que el resultado. Quiero que los oyentes sean salvos, pero, lo más importante es que yo sea un practicante.
El tercer nivel de tentación son las sugerencias de este mundo físico:
- Deslumbrarse con los reinos pasajeros de este mundo, con las cosas materiales.
- Querer tener dinero para no depender de nadie.
- Querer tener condiciones para poder comprar lo que tenga ganas de comprar.
Sepa que satanás tentó a muchos con dinero, herencias y oportunidades de negocios para que dejaran de depender de Dios, por eso el Altísimo permite que seamos tentados con fuego, para que no tengamos todo lo que queremos o necesitamos.
Aprovechando la oportunidad, es importante que, luego de los diezmos, usted aprenda a guardar de su ayuda al menos el 20 o el 30 %, para que, cuando tenga que ir al dentista, comprar algo realmente necesario, o casarse tenga las condiciones de hacerlo. No gaste en compras innecesarias solo porque el otro tiene, después de todo, si usted no sabe controlar ni su ayuda, ¿cómo Dios lo pondrá de responsable de una iglesia o región?
- Quiere tener estatus para sentirse mejor que los demás misioneros y auxiliares.
- Quiere tener fama para ser querido, aprobado y reconocido.
- Quiere tener poder para no tener que darle explicaciones a nadie sobre sus decisiones y actitudes. Si usted sirve a Dios a su manera es porque es una fuente seca. La condición para que fluyan ríos de agua viva en su interior es creer como dice la Sagrada Escritura, por lo tanto, si cree en Dios a su manera, usted es una fuente seca.
- Quiere tener seguidores, quiere ser escuchado, imitado, admirado por los demás, probar su valor.
- Quiere disfrutar de los placeres, del glamur, de estar a la moda, realizando sus fantasías sexuales, alimentando un vicio, sea consumir pornografía, bebidas alcohólicas, drogas o juegos.
- Quiere servirse a sí mismo.
Es exactamente lo contrario de lo que hizo el Señor Jesús y de lo que nos mandó que hiciéramos, cuando dijo:
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“… niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”. Lucas 9:23
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“… y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para Vida Eterna”. Juan 12:25
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“El que ama al padre o a la madre más que a Mí, no es digno de Mí…”. Mateo 10:37
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“Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de Mí, ese la salvará”. Lucas 9:24
2.ª ETAPA: el desarrollo de la obra en su responsabilidad
- Soportar las dificultades para desarrollar el trabajo evangelístico:
- Traer personas nuevas a la iglesia: salvar almas.
- Llevar a las personas a la liberación: creer en las Sagradas Escrituras.
- Enseñar el plan Divino: conversión, entrega, bautismo en las aguas, que es enterrar la vida vieja.
- Llevar a las personas a que sean bautizadas con el Espíritu Santo. Cuando estamos buscando y ellas están frías, indiferentes, sentimos dolores de parto, pero solo hasta que Jesús sea formado en ellas.
- Hacer discípulos: para que las personas se vuelvan ejemplo en todo y vivan para Dios.
- Enseñar sobre el bautismo con Fuego: para que, de esta manera, cuando pasen por este bautismo, permanezcan firmes en la fe y sirvan a Dios hasta el último suspiro de sus vidas.
3.ª ETAPA: el “no” de Dios
- Así como el Señor Jesús Le pidió al Padre que pasara de Él la copa de la crucifixión, muchas veces, cuando Le pedimos a Dios que nos aleje de las situaciones difíciles en la obra, la respuesta Divina es “no”.
- Aparta de mí las injusticias, “no”.
- Aparta de mí la soledad, “no”.
- Aparta de mí la tentación, “no”.
- Aparta de mí la corrección, “no”.
- Aparta de mí la humillación, “no”.
- Aparta de mí a ese pastor, “no”.
Dios no guardó a Jesús de eso y tampoco nos guardará a nosotros, porque Él quiere que seamos purificados y que maduremos en la vida espiritual, para que seamos usados aún más para Su gloria.
4.ª ETAPA: la vida amorosa
La vida amorosa del hombre y de la mujer de Dios es de Dios.
Por eso, el verdadero siervo debe permitir y aceptar que la persona, su futura esposa, sea escogida por Dios. Belcebú, sus demonios e hijos han trabajado fuertemente desde la época de Noé, pero se intensificaron desde la Segunda Guerra Mundial, para destruir los valores básicos de una sociedad justa, segura, pacífica y estable, que son:
- Matrimonio: sacrificio, amor, fidelidad, paz.
- Familia: unión, orden, responsabilidad en conjunto, disciplina, paz.
- Educación: formación, integridad, seguridad, prosperidad, paz.
Vivimos en una sociedad sin criterios, responsabilidad y disciplina. ¿Y por qué trabajan duro para destruir este trípode de la sociedad?
Porque sin esos valores el ser humano es infantil, fácilmente manipulado, usado para el mal, y se vuelve incrédulo.
Así como yo, el 99 % de ustedes fueron víctimas de este trabajo destructivo de belcebú, sus demonios e hijos, y por eso no tuvimos una referencia de:
- Matrimonio
- Familia
- Educación
Cuando nosotros no aprobamos el noviazgo o el matrimonio de un pastor es porque vimos y detectamos cosas como:
- Problemas físicos: enfermedades, limitaciones físicas, necesidades de cuidados especiales. No se puede aprobar porque, para que sea contado en la obra de Dios, debe estar bien de salud, así como usted tuvo que estar bien para entrar en la obra.
- Deficiencia espiritual: no tiene experiencia con Dios; hace la obra, pero no la voluntad de Dios; tiene dones, pero no frutos.
- Problemas espirituales: pecados no confesados, soberanía, materialismo, carnalidad, mentira, vanidad. Muchas están acostumbradas a ser servidas; son mimadas, consentidas, y sabemos que no aguantarán.
- Falta de bautismo con el Espíritu Santo: no hay humildad, temor, santidad, pasión por las almas; hace todo bien, pero no tiene temor ni pasión por las almas.
- Falta de bautismo con Fuego: confianza, desapego total, madurez espiritual; este es el bautismo que la preparará para que sea una futura esposa, para que tenga madurez y desapego total.
- Falta de unción y disposición: para ser una auxiliadora hasta la muerte.
Por lo tanto, dele gracias a Dios por tener una verdadera familia, la Universal, que luchó por su evangelización, liberación y Salvación, y que le dio la honra de servir al Dios vivo en el Altar a tiempo completo e incluso cuida su vida amorosa, para que no se case mal y se arruine la vida como ya pasó con algunos. Cuidar su vida amorosa es dejar que Dios escoja a quien Él quiere darle como su auxiliadora.
“Pero de un bautismo —bautismo con Fuego— tengo que ser bautizado, y ¡cómo Me angustio hasta que se cumpla!”. Lucas 12:50
De esta manera podemos comprender que el bautismo con Fuego no solo está relacionado al inicio de nuestra vida con Dios, sino hasta el fin de nuestras vidas. Esto queda claro con el ejemplo del Señor Jesús, de Sus discípulos y de Sus seguidores, que será siempre en diferentes niveles.
¿Por qué el Espíritu Santo nos bautiza con Fuego?
- Para que maduremos y seamos purificados.
- Para que tengamos más comunión con Él, con el Padre, e imitemos al Señor Jesús en todo (por eso, tenga el hábito de hablar con Dios siempre, sea en la iglesia, en la calle, en todos los lugares; verbalizando, no solo en la mente).
- Para que nosotros, Sus siervos, estemos en contacto con Él constantemente y no caigamos en tentación.
- Para que Lo sirvamos más y mejor, guardando siempre nuestra Salvación por sobre todas las cosas.
De esta manera seremos más usados por Dios, y eso no tiene nada que ver con posición o título. El que quiere mostrarse para los hombres es porque ya desapareció para Dios; el que está bien con Dios solo quiere servir, no le importa dónde, cómo o cuándo sea.
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– Obispo Júlio Freitas
– Nos vemos en la IURD o en las Nubes!