¿Qué Debo Hacer Para Nunca Ser Un Apartado? – Parte 5

“… dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre…”. Efesios 5:20

Palabra 15.º “Dando siempre gracias por todo”: esto es un hecho en la vida de alguien que está bien espiritualmente, sobrio espiritualmente (sin beber el vino de esta sociedad, ¿lo recuerda?). Esta persona no murmura, no se lamenta, no se queja, no exagera los problemas, las dificultades y las persecuciones, al contrario, tanto en los buenos como en los malos momentos Le da gracias a Dios por todo, incluso por las tribulaciones. Esto se debe a que en todo ve la oportunidad de ejercitar la fe bíblica, la oportunidad de servir a Dios, de ganar almas y de darle una ofrenda mejor al Señor.

Palabra 16.º “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo”: significa santificar el nombre de nuestro Padre Celestial, del Dios vivo, en nuestro carácter, en nuestra vida, en nuestro matrimonio y en nuestras palabras. Esto revela que el Espíritu Santo, quien resucitó al Señor Jesús, habita en mí y a través de mí, y que Su nombre es santificado en este mundo, en esta sociedad egoísta, violenta, materialista, corrupta, promiscua, vanidosa, incrédula y mentirosa. Como verdaderos hijos, debemos santificarlo, porque Él es nuestro verdadero Señor, a quien amamos y servimos de verdad.

Palabra 17.º “A Dios, el Padre”: los hijos de Dios revelan a Su Padre en todo su ser, por más limitaciones humanas que tengan. Todos ven a Dios en su forma simple de vivir, en su objetivo de servir al Altísimo y ganar almas para el Padre Celestial, porque saben que Él envió a Jesús para rescatar al perdido, para perdonar y salvar a todos los que eligen creer en Él.

“… sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo”. Efesios 5:21

Palabra 18.º “Sometiéndoos unos a otros”: solo los nacidos de Dios, los que quieren agradar a Dios por sobre todo, se someten unos a otros, aunque el otro no tenga un nivel de educación superior o no tenga una jerarquía mayor en el trabajo eclesiástico de la Obra de Dios. Quien es espiritual, bautizado con el Espíritu Santo, se somete, porque sabe que eso Le agrada a Dios. De esta manera, ejercita la humildad de espíritu, por no hacer las cosas por imposición ni mucho menos para mostrarle algo a alguien, y sabiendo que no necesita probarle nada a nadie.

Palabra 19.º “En el temor de Cristo”: así como el Señor Jesús, siendo perfecto, Se sometió a las autoridades humanas, fallas y pecadoras, debemos tener el mismo temor de Cristo y someternos unos a otros, para agradar a Dios, aunque la otra persona no reconozca que el Altísimo es nuestro Padre y Señor.

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Obispo Júlio Freitas
Nos vemos en la IURD o en las Nubes!

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