Cuando HACER LO MISMO se hace cargo de la RUTINA
La vida de aquellos que sirven a Dios, ya sea Pastor, Obrero, Evangelista o Miembro de la Iglesia, es básicamente una rutina, porque vivimos dentro de los parámetros de conducta establecidos por Él en Su Palabra.
Pero, esta rutina trae noticias de fe todos los días, porque: «… así que también caminemos en novedad vida». (Romanos 6.4)
Sin embargo, hemos visto a los siervos «cansados» de servir al Señor Jesús, algunos después de varios años de servirlo a Él, otros aun con poco tiempo de servicio, pero el «cansancio» los venció, ¿por qué? Porque dejan que “hacer lo mismo” entre en tu RUTINA.
Este fue uno de los grandes errores que cometieron los sacerdotes en el pasado, ya que su servicio al Dios Vivo en el Templo era rutinario, sin embargo, mientras se hacía con placer, había Santidad y Temor, y con eso, dedicación.
Cuando comenzaron a mirar el “hacer lo mismo” siempre, fue entonces cuando el descuido se hizo cargo y todo, para ellos, se convirtió en algo común, llevándolos a la corrupción espiritual.
La rutina es positiva para el siervo de Dios, ya que, con el tiempo, mejora en el Trabajo que hace para su Señor al ser aplicado, dedicado, temeroso, vivir en Santidad y, principalmente, al REVOLTARSE, no aceptar ver pasar el tiempo y no ofrecerle a Dios un servicio más excelente hoy que ayer.
De esta manera, el siervo se protege a sí mismo de las artimañas del demonio que «camina, rugiendo como un león, buscando a quien pueda tragar» (1 Pedro 5.8).
¡Hacer lo mismo es todo lo contrario! Hace que el siervo sea descuidado, acomodando quién es y lo qué hace por Dios, porque cree que ya sabe cómo hacerlo y no hay nada que mejorar. Se vuelve un MURMURADOR.
Miremos la creación de Dios: todos los días sale y se pone el sol, es la RUTINA establecida, pero no todos los días la temperatura es la misma, el viento no siempre sopla con la misma fuerza, ni en la misma dirección, etc. tal como es, incluso en la creación no hay lugar para hacer lo mismo.
P.S: Ni siquiera el diablo, nuestro adversario, vive en la igualdad, porque el mismo Señor Jesús nos enseñó en Mateo 12 que el diablo cambia constantemente su estrategia contra el cristiano.
Ah, pero no se equivoquen, él tiene una rutina, es decir, caminar a nuestro alrededor buscando a aquellos que viven “haciendo lo mismo” para devorarlos.