Acercarse a Dios
Solo hay dos tipos de personas en el mundo: los que están lejos y los que están cerca de Dios.
Para andar con Dios es necesario amarlo, uno no anda con aquel a quien no ama. Y Él tampoco anda con quien no Lo ama, no Lo respeta, no Lo oye y lo que Él dice le da igual. Para andar con Dios usted debe valorarlo y obedecerle.
Algunos se engañan pensando que para estar cerca de Dios basta con su posición o su estado social. Cuando la persona se aferra a su dinero o a su fama se aleja de Dios.
Jesús habló del rico que despreciaba a Dios, a pesar de que incluso Lo llamaba Padre, este hombre rico pensaba que por su riqueza no estaba obligado a buscar a Dios, Dios formaba parte de su vida, pero solo en palabras.
Y había otro hombre al que Jesús llamó por su nombre: Lázaro. Uno puede ser desconocido para los demás, pero si Dios lo conoce, lo llama por su nombre. Este hombre que era pobre no se corrompió, y vivió cerca de Dios mientras estaba vivo. No se puede buscar a Dios después de la muerte.
La única cosa que debemos conquistar en vida y llevar con nosotros es la Salvación. Este hombre no negó su fe en el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel.
El rico vivió a su manera y cuando murió usted sabe lo que sucedió:
“Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama». Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás en agonía. Y además de todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y vosotros, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, y tampoco nadie pueda cruzar de allá a nosotros»”. Lucas 16:24-26
Él rico pedía que Lázaro, a quien él conocía, mojara la punta de su dedo en agua y le refrescara la lengua, y Jesús le dijo que nadie podía pasar de un lado al otro porque había un gran abismo.
No hay cómo negociar la entrada en el Cielo porque el precio es la entrega de la propia vida con sus traumas, manías, complejos, por el TODO de Dios.
El rico estaba atormentado mientras que Lázaro tenía paz interior, mirando hacia arriba, porque vamos hacia donde miramos.
Cuando morimos con Dios despertamos en Su paraíso. Acercarse a Dios es acá, en vida, no después de la muerte. Lázaro despertó en el paraíso y, al mismo tiempo, el rico despertó en esa otra realidad invisible a los ojos físicos que Jesús dijo que existe, suplicando que lo sacarán de allí.
Dios no abandona a nadie, Él no creó el infierno para el ser humano, sino para satanás y sus demonios, pero allá van los que no se entregan, porque la Salvación solo se conquista por medio de la entrega de la propia vida.
Dios no es Dios de lejos. Emanuel significa Dios con nosotros. Es usted quien tiene que tomar la decisión de acercarse.
Lázaro estuvo cerca de Dios con su vida, no solo con sus labios.
Estar cerca de Dios implica:
1- Tratar de complacerlo en todo.
2- Hacer Su voluntad.
3- Mantenerse alejado del pecado.
4- Involucrarse en las cosas espirituales, dar.
5- Escucharlo y hablar con Él todos los días.
6- Estar en Su Casa para buscarlo y servirlo.
Comunión significa acercarse, Él instituyó la Santa Cena para que nos acerquemos a Él.
“Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo”. Efesios 2:13
Nos veremos en la IURD o en las Nubes.
Obispo Júlio Freitas