El secreto para ser lleno del Espíritu de Dios es vaciarse.
Jesús prometió el agua que sacia la sed del alma, porque Dios quiere habitar en nuestro interior para siempre.
«Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que Yo le daré será en él una fuente de agua que salte para Vida Eterna.» Juan 4:13-14
Cuando recibimos al Espíritu Santo, el gobierno de Dios nos dirige y empezamos a vivir una nueva vida:
«Mas buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» Mateo 6:33
Debemos agradar y respetar a Dios, para esto, debemos humillarnos delante de Él y dejar que gobierne nuestro corazón y nuestros sentimientos:
«Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo, el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.» Jeremías 17:9-10
Nuestro Dios es misericordioso y sensible como nuestros corazones, solo Su corazón es perfecto.
«Mas Tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad…» Salmos 86:15
El Espíritu de Dios no desciende porque lo merecemos, sino porque le entregamos toda nuestra alma. Si Le entregamos todo a Dios, Él también nos entregará todo. ¡Piense en esto!
De aquí en adelante, todo será diferente.
#IglesiaUniversal
#TemploDeLosMilagros
#DeAquíEnAdelanteTodoSeráDiferente
