Enfóquese en su sendero
“Fíjate en el sendero de tus pies, y todos tus caminos serán establecidos”. Proverbios 4.26
Es normal que, en los momentos de dificultad, de recesión, de crisis, de falta de oportunidades, miremos hacia los demás y prestemos más atención a lo que tienen, y los culpemos por nuestro propio fracaso.
Dios dice que el secreto del éxito está en que nos enfoquemos en nuestros propios pasos. Yo soy responsable del camino que decido seguir. La culpa del fracaso no puede echarla sobre la pareja, los políticos, los padres, la sociedad, los hijos, la Universal, porque nadie puede elegir, decidir ni caminar por nosotros.
- El Espíritu Santo nos enseña cómo tener éxito en nuestros objetivos como ciudadanos, cristianos y profesionales. Él dice:
“Fíjate …” Proverbios 4.26
¿Por qué Dios nos manda a que nos fijemos en nuestro camino y no en el de los demás?
- Primero: para que no desviemos nuestra atención hacia el camino de los demás, sea de los incrédulos, de la competencia, de un familiar o de un vecino.
- Segundo: para que no caigamos en la tentación de envidiar a los demás, comparándonos con el otro por el lugar que ocupa, y por lo que tiene.
- Tercero: para que no seamos divididos, porque es un gran peligro mirar hacia el camino de los demás y prestarle atención.
- Cuarto: para que no despreciemos los recursos que Dios nos ha confiado, ya sea un talento, la familia, los recursos naturales y sociales o las Enseñanzas prácticas del Señor Jesús a través de la Iglesia Universal.
La elección del camino de los demás no es responsabilidad mía.
- Mi responsabilidad es elegir el camino por el que debo andar, fijarme en mis pasos para poner atención en lo que hago, cómo lo hago; no caer en la tentación de envidiar, no quedar dividido y, por último, no despreciar los recursos que Dios me ha confiado. Porque IGNORAR estas 4 cosas básicas es lo que ha hecho que la mayoría de las personas tropiecen en sus objetivos, acciones y reacciones, y terminen fracasando como parejas, hijos, hermanos, padres y profesionales. Este fracaso se extiende a la sociedad en general.
- Soy el único responsable de elegir el camino por el que debo andar y poner atención a los pasos y decisiones que tomo diariamente, porque se reflejarán en mi vida espiritual, matrimonial, laboral, familiar y social. Si cometo uno de estos cuatro errores, estaré inseguro: “¿Voy o no voy? ¿Hago o no hago?”.
- Si me detengo a mirar los caminos o los pasos de los demás, puedo caer en el pecado de la codicia y envidiar. Si miro lo que el otro tiene y yo no, envidiaré sus negocios, su auto, su casa, su trabajo. ¡Vea el peligro que hay al mirar el camino de los demás!
“… y todos tus caminos serán establecidos”. Proverbios 4.26
- No es de la noche a la mañana que se establece, es un proceso. El éxito es un proceso que exige el primer paso. Si ya subió una montaña sabe que todo comienza con el primer paso.
- Dependiendo de la altura de la montaña, le puede sangrar la nariz, doler la cabeza e incluso tener vértigo, algo similar también pasa en la vida.
- Hay personas que no maduran, quieren todo para ayer, para hoy, son infantiles, emocionales y fácilmente vulnerables a ser manipuladas por malintencionados que les crean dificultades para vender facilidades. Les gusta manipular a la masa e inducir a las personas a hacer lo que ni ellos hacen. Esta es la verdad, pero no somos niños ni huérfanos, y tenemos por Padre a Dios, que nos enseña a no depender de nadie, sino de Él y de nosotros mismos. De esta manera, maduramos, asumimos nuestras responsabilidades: “¡Cuidado! Si vas a dar un paso, asegúrate de que sea según la Voluntad de Dios, porque, si te equivocas, tropezarás y sufrirás las consecuencias y no podrás echarnos la culpa ni a mí, como su pastor, ni a los demás, porque el que dio el paso fuiste tú”.
Esto es ser padre, incluso esa tiene que ser una lección para enseñarles a nuestros hijos: ser responsables y entender que para nuestras decisiones, acciones y reacciones hay efectos negativos o positivos, malos o buenos, y hay que asumirlos.
- Para establecerse en todo, hay un proceso y este proceso exige compromiso y dedicación desde el primer hasta el último paso. Dependiendo del tamaño de su sueño, hay objetivos que pueden alcanzarse a corto o a largo plazo.
“No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal”. Proverbios 4:27
Cuando Dios dice “fíjate en tu camino”, en sus pasos, en las decisiones que toma, es para que no se desvíe a la derecha ni a la izquierda. Usted sabe que una persona que se desvía nunca llega a su destino. Con Dios no hay atajos, sino un camino; incluso el Señor Jesús Se llamó a Sí Mismo “el Camino, la Verdad y la Vida”.
- Dios quiere que supere los momentos difíciles, como hemos visto en la Iglesia Universal. Millones de casos verídicos de personas que vencieron y vencieron, incluso en medio de la guerra, como en Ucrania, en Rusia, en Israel o en el Líbano. Dios ha protegido, fortalecido y bendecido a Su pueblo, porque Él es Dios no solo cuando todo va bien, sino en todo momento, en la paz y en la guerra.
- Está escrito que hay momentos de reír y de llorar, de bailar y de quedarse sentado, de sembrar y de cosechar, pero no se olvide de que cosecha el que sembró.
Hay personas que no maduran en su vida con Dios, que no despiertan a esta realidad, piensan que con cumplir sus deberes civiles y ser honesto ya está, y no es así, porque, si eso fuera suficiente, la sociedad no estaría como está. Hay personas honestas y aplicadas que no superan, no conquistan y no establecen, porque no practican lo que está Escrito.
- Observe su camino, honre a Dios en primer lugar. Antes que todo, al despertarse, presente su vida, su familia, su trabajo, sus planes; antes de alimentarse, dele las gracias a Dios.
- Si tiene muchos o pocos empleados, o clientes y no los trata como debería, no los valora, ¿cómo Dios le confiará una empresa exitosa con 50, 100, 300 empleados o clientes?
- Abra su mente, honre a Dios en primer lugar. Antes de tomar decisiones, en lugar de consultar con su abogado o con un familiar para invertir o establecer una sociedad, consúltele a Dios con humildad. Dios le dará la certeza de lo que tiene que hacer para que no se desvíe a la izquierda o a la derecha.
- No se desvíe del camino de la fidelidad y de la dependencia de Dios. Sea honesto, aunque la competencia no lo sea. Deje de mirar el camino del otro.
- Enfóquese en su camino, observe sus pasos, honre a Dios en primer lugar en todo y verá cómo todo se establece, y disfrutará de una vida de calidad.
No para su propia gloria, sino para la Gloria de Dios.
- ¿Usted acepta poner en práctica estas enseñanzas Divinas?
- Si responde sí, deje en este momento de leer por unos segundos y haga una oración, dígale a Dios lo que hará a partir de ahora, que dejará de envidiar, no se desviará de su objetivo, no estará más dividido y no despreciará los recursos que Dios le ha confiado.
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Obispo Júlio Freitas
Nos vemos en la IURD o en las Nubes!