¿Es suficiente ir a la iglesia, orar y hacer votos de fe?
Esta semana estamos meditando en el versículo 3 del Salmo 91, que dice: “Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal”.
Este versículo prueba que el libramiento de Dios es condicional. Uno debe elegir habitar o no en Su Abrigo y, a aquellos que lo hacen, Él los libra del lazo del cazador.
Hay muchos lazos: espirituales, emocionales, sociales, problemas, tentaciones, decepciones, y cuando uno hace del Señor su Abrigo, Él nos libra.
En la iglesia uno ora, escucha la Palabra, da su buen testimonio, pero también afuera de la iglesia uno debe seguir dando su buen testimonio, de carácter, de vida, de fe, eso hace que los lazos del maligno sean cortados.
Las tentaciones vendrán, los problemas serán inevitables y las decepciones forman parte de la vida, pero, cuando uno está abrigado en el Abrigo del Altísimo y tiene vida con Dios, comunión con Dios, Él lo libra del lazo del cazador.
No vamos a dejar de ser cazados por los demonios, por los espíritus malignos, ellos siempre seguirán queriendo cazarnos ya que no fueron al infierno cuando los arrancaron de nuestros cuerpos, expulsados por el Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios por medio de un siervo Suyo que nos ministró la liberación. Ellos siguen a nuestro alrededor, solo esperando una oportunidad para atraparnos, para enlazarnos.
Pero el Espíritu Santo, cuando andamos en la presencia de Dios, haciendo de Él nuestro Abrigo, nos libra del lazo del cazador, ese lazo que está allí, armado, preparado, sea por medio de pensamientos, sentimientos, personas…
Por eso yo contesto a la pregunta: ¿Es suficiente orar, ir a la iglesia, hacer votos por un familiar para que se libere, se convierta y nazca de nuevo?
Orar por la familia es fundamental, venir a la iglesia es necesario, porque aprendemos la Palabra de Dios, acompañamos los testimonios que renuevan nuestra fe, vivimos de fe en fe, por esta razón tenemos los propósitos de fe en la iglesia, porque el justo vivirá por la fe y no por conocimiento o posición. Pero, si saliendo de la iglesia usted alimenta sentimientos de venganza, no perdona a quien le ofende, paga el mal con el mal, da mal testimonio, eso significa que usted no está en el Abrigo del Altísimo sino enlazado por los lazos del cazador, incluso frecuentando la iglesia, incluso participando en las reuniones. Usted está en la iglesia física pero aún no está en la iglesia espiritual, que es el Abrigo del Altísimo.
El Abrigo del Altísimo requiere que uno tenga un comportamiento de acuerdo con la voluntad de Dios, de acuerdo con lo que está escrito en Su Palabra, de acuerdo con la voluntad de nuestro Padre Celestial y no de nuestra naturaleza pecaminosa.
Entonces, nuestro comportamiento como hijos cuando alguien nos rechaza, incluso en el propio hogar, es mirar con buenos ojos a nuestro familiar, o al compañero de trabajo, o al conocido o al extraño, y relevar la actitud egoísta y prejuiciosa de esta persona que nos critica o nos insulta. Aunque ellos crean más de corazón abierto en las mentiras que se propagan por el mundo, por las redes sociales, y rechacen la Verdad de la Palabra de Dios.
Paciencia, es una lección para ellos. Nosotros no podemos dejarnos vencer por la incredulidad de los demás, sino que debemos darles un buen ejemplo, seguido de la oración y del testimonio de carácter, de fe inteligente, fe Bíblica, fe que obedece lo que está escrito. Con o sin voluntad yo perdono, con o sin voluntad sigo dándoles un ejemplo de carácter, de fe y de vida.
Es así como los lazos del cazador no logran enlazarme y no impiden que yo sea usado por Dios para bendecir a mis familiares, a mis conocidos e incluso a mis enemigos.
Pregúntese ahí ahora: ¿Estoy enlazado por algún resentimiento? ¿Estoy enlazado por alguna manía o mala costumbre que me hace actuar mal? Pregúnteselo, porque si usted es sincero el Espíritu Santo le revelará en qué está siendo enlazado para que este lazo sea cortado.
Y entienda entonces que, orar es importante, ir la iglesia es fundamental, hacer votos a Dios por un familiar es necesario, pero todo eso tiene que ser añadido al buen ejemplo, al buen testimonio de carácter, de fe y de vida para que, de esta manera, no seamos enlazados por el cazador, o por los cazadores, que son los espíritus malignos. La pestilencia mortal no nos tocará y, a través de nosotros, los que están a nuestro alrededor serán bendecidos, liberados y salvos.
Déjenos su comentario y cuéntenos, ¿usted se encuentra enlazado por algún resentimiento?
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas