¡Domingo 6 de Octubre, fue la Hora de la Restauración, en el Templo de los Milagros, Buenos Aires!
Me empujaste con violencia para que cayera, pero el Señor me ayudó. El Señor es mi fortaleza y mi canción, y ha sido salvación para mí. Salmos 118:13-15
Los problemas vienen para derrumbarnos, pero Dios siempre está ahí para salvarnos y ayudarnos. Solo es cuestión de invocarlo.
La mano de Dios quiere hacer lo imposible, aquello que el ser humano no puede. Él quiere hacer proezas, cosas extraordinarias en nosotros.
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. Juan 15:1-7
Dios demanda fidelidad, reconocimiento y dependencia a todos, ya sean ricos o pobres.
Como seres humanos, no vamos a dejar de tener sentimientos (rabia, ira, tristeza), pero no nos tenemos que dejar dominar por ellos.
Dios siempre entra en acción después de que nosotros le abramos la puerta. Él es un Dios de reacción.
Venir a la iglesia y ofrendar no es suficiente, solo es una obligación que tenemos para hacer el bien.
La Palabra de Dios tiene el poder de cortar sentimientos y manías. Es como una tijera que va podando los pámpanos.
Dios quiere que seamos podados para que aprendamos a depender de Él y no de otras cosas. Él no necesita de nosotros, pero nosotros sí de Él.
Tenemos que permanecer con Dios constantemente, en especial cuando estamos a solas. En esos momentos, es cuando Él más nos observa.
Todos somos inteligentes, pero hay gente que elige tomar decisiones equivocadas y se deja dominar por el miedo, la ansiedad y la violencia.
No podemos pedir cosas según nuestro corazón, sino según Su voluntad. Haciendo eso, Él nos va a contestar, atender y bendecir. Nosotros seremos realizados y Él será glorificado.
Pedir es parte de la fe, pero no tenemos que poner en riesgo nuestra vida espiritual por causa de necesidades o personas.
Quien está salvo no acepta ver a su prójimo perdido. Si oramos pero no damos buenos ejemplos, nuestra oración no va a ser respondida de la mejor manera.
La diestra del Señor es exaltada; la diestra del Señor hace proezas. No moriré, sino que viviré, y contaré las obras del Señor. Salmos 118:16-17
Aquellos que no rechazan la Piedra Angular, que es Jesús, van a ver cosas admirables en su vida.
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Obispo Júlio Freitas
Nos vemos en la IURD o en las Nubes!