¡Un Domingo por la mañana, Partiendo el Pan, en el Templo de los Milagros!
Hay 3 cosas que son irresistibles al Espíritu Santo:
• Humildad: Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes de Espíritu (no de corazón), les da gracia.
• Sinceridad: Dios busca a los sinceros, porque hay muchos que demuestran una cosa que no son en realidad; el mal los odia, ya que ellos son irresistibles al Espíritu Santo.
• Entrega total: es reconocer que confiamos siempre en Él y no dependemos de aprobación ajena; Dios sabe todo y nos da nuevas oportunidades siempre.
Leer 2 Reyes 4:8-17, 21-24, 31-36
Dios busca de nosotros transparencia y claridad; Él quiere tener a alguien que crea y vaya hasta el fin, para así usarlo para salvar a su familia y a otras personas.
Tenemos que tener cuidado con las noticias que oímos o miramos; no hay que despreciar a alguien que está “muerto vivo”, sino que debemos ayudarlo.
Debemos tener cuidado con nuestras palabras y con quien hablamos; la fe inteligente mueve a Dios y obra cuando la usamos.
Todo lo que hacemos para Dios, Él lo ve como una ofrenda, ya que es una expresión de fe, no de dinero.
El más fuerte espiritualmente es el que va a vencer; Dios nos da Espíritu de Vida.
Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. Colosenses 1:13-18
Cuando asumimos la fe en Jesús, Él nos traslada de las tinieblas del mal para el Reino de los Cielos; solo Jesús puede perdonarnos.
Dios pide que Le demos el Primer lugar en nuestra vida para que no nos frustremos y nos pueda dar Su Bendición.
A Dios hay que honrarlo siempre en Primer lugar con hechos, porque a Él le pertenece la Primacía; nosotros tenemos que asumir el segundo lugar.