No somos de los que retroceden
Vea lo que dice la Biblia en los versículos 38 y 39 del capítulo 10 del libro de Hebreos, estas palabras son muy conocidas porque son mencionadas en el Antiguo Testamento por el Propio Dios, y ahora la Palabra dice:
“Mas Mi justo vivirá por la fe…” Hebreos 10:38
El justo no vive por lo que sabe, por lo que siente, por lo que ve, o por lo que oye. El justo es el siervo, es aquel que fue justificado, que era culpado, condenado. Nosotros ya fuimos condenados porque en nosotros no hay perfección aunque hayamos sido honestos, aplicados, dedicados, disciplinados, cumplidores, caritativos, buenos… Por más que hayamos hecho caridad y hayamos sido un ejemplo a los ojos de la sociedad y vistos como personas “perfectas”, en realidad, usted como yo, todos, fuimos condenados, estábamos condenados por nuestras imperfecciones, delitos y pecados. Pero fuimos justificados, eso sucede cuando uno asume su fe, cuando deja de dar crédito y pasa a creer, cuando deja de noviar con Jesús y se casa con Él y entrega su vida por entero abandonando el pasado, el pecado, las tradiciones, la incredulidad, el fanatismo, bautizándose en las aguas y sepultando la vieja vida.
Si aún no se bautizó en las aguas, si aún no abandonó la vieja vida de pecados, de tradiciones, de inclinaciones, de manías, usted ya probó para usted mismo que no ha sido justificado, porque nosotros somos justificados cuando asumimos nuestra fe.
La fe no se asume verbalmente, se confiesa sí verbalmente, pero se asume con actitudes, Jesús afirmó: “Yo Soy la Luz del mundo”, y dijo: “Aquel que me sigue…”, es decir, “aquel que practica Mis enseñanzas —discípulo es eso, practicar lo que el Maestro ha enseñado, no basta con saber, hay que practicar— es justificado”. Y eso es lo que dice en Hebreos 10:38…
“Mas Mi justo vivirá por la fe…” Hebreos 10:38
Fe es certeza, es convicción, es obediencia a lo que Está Escrito, no es dar crédito, sino creer que Él va a cumplir con lo prometido porque estoy obedeciendo a lo que Él ha ordenado. Yo hago mi parte y Dios hace la de Él, si los demás creen o no eso no interferirá en la acción Divina. Es algo individual, es de cada uno para con Dios. Así que yo soy justificado por la fe.
“… y si retrocede, Mi alma no Se complacerá en Él”. Hebreos 10:38
Dios no Se complace en los que retroceden, en los que miran hacia atrás y vuelven a la práctica de las viejas cosas, sea dudar o murmurar, sea la violencia, sea la incredulidad, sea lo que sea. Yo no tengo por qué retroceder, la fe no me hace retroceder, la fe es certeza de lo que se espera, de lo que está adelante, lo que pasó no importa.
Ni Dios cambia el pasado, y satanás sabe eso y mucha gente lo olvida, por eso el diablo y sus demonios hacen que el ser humano mire hacia atrás. Si hay una cosa que complace al mal es que usted se condene por lo que no fue, por lo malo que hizo o que no hizo, o por lo que le hicieron o lo que no le hicieron.
Fe es certeza de lo que se espera, yo creo en el presente esperando en el futuro. ¿En qué futuro? Puede ser en una hora, o en el día, como libramientos, respuestas, direcciones. Otras cosas sucederán en la semana, otras en el transcurso del primer trimestre o del segundo semestre y otras a fin de año, pero lo importante no es cuándo pasen sino que yo me mantenga en la fe.
Fe es ahora, yo actúo la fe ahora, obro mi fe ahora, orando, buscando, ayunando, estudiando, trabajando, y cuando lo hago esto complace a Dios, pero cuando retrocedo y me relajo Lo entristezco y no Lo agrado. Por eso siempre debemos evaluar cómo está nuestra fe: acomodada, religiosa, indiferente… No basta con saber, yo tengo que obedecer, no basta con oír, yo tengo que creer, como dice el Texto Sagrado:
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma”. Hebreos 10:39
La persona muchas veces elije dudar, acomodarse, mirar hacia atrás o justificar sus errores, su trauma, su adicción, su promiscuidad. Usted no gana nada ni le añade nada a su fe ni a su cultura ni a su familia ni a su inteligencia con mirar hacia atrás o con buscar a alguien que esté un poco peor para sentirse un poco mejor, para justificarse. Los fracasados y los problemáticos son así, siempre buscan a alguien que esté en una situación inferior para sentirse un poco mejor o superior. Pero los cristianos verdaderos se reflejan en lo que Está Escrito, que es la Palabra de Dios. Y si eso no le gusta a nadie paciencia, yo no soy responsable por el alma de nadie sino por la mía. Yo amo a todos, pero no puedo hacerme cargo de sus almas, cada uno debe cuidar su alma.
¿Y la familia? Usted va a luchar por ellos con el aceite, ungiendo su prenda de ropa, creyendo que cuando se la ponga el Espíritu Santo lo va a envolver, va a ungir sus zapatos, creyendo que Dios lo va a librar de los malos caminos, de las malas juntas, de ir a lugares donde sufriría un accidente, o de caer en tentación, y le va a poner deseos de hablar con Él, de venir a la iglesia, de sacarse las dudas … yo he visto que Dios guarda los pasos de aquellos por los que intercedemos, si el diablo lo guio a lo que era malo, Dios lo va a guiar a lo que es bueno.
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición …” Hebreos 10:39
No acepte perder a este familiar frente a la depresión, la incredulidad, la enfermedad, la violencia, la corrupción. No acepte que la perdición sea parte de su vida o de la de su familia. Usted lo va a traer y va a decir: “Maestro Te traje a mi hijo”.
“… sino de los que tienen fe para la preservación del alma”. Hebreos 10:39
Nosotros somos de la fe que nos hace avanzar, ir hacia adelante, de la fe que nos impulsa hacia nuevos horizontes, que nos hace proyectar, profetizar, creer, trabajar, perfeccionarnos, estudiar, perdonar y cambiar.
Obispo Júlio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
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