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Retrospectiva espiritual del 1.° trimestre

15 de marzo 2025

Retrospectiva espiritual del 1.° trimestre

Normalmente, en las fechas festivas, miles de personas se deprimen porque su año no está yendo como esperaban:

  • Aún no superaron los problemas.
  • Aún no alcanzaron sus metas y objetivos.
  • Aún no realizaron sus sueños.
  • Otras, a pesar de tener bienestar social, se sienten frustrados por haber perdido un año más en su vida amorosa, familiar y espiritual; que les quita la paz.

Dios nos explica el por qué:

“Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no hay suficiente para que os saciéis; bebéis, pero no hay suficiente para que os embriaguéis; os vestís, pero nadie se calienta; y el que recibe salario, recibe salario en bolsa rota. Así dice el Señor de los ejércitos: Considerad bien vuestros caminos”. Hageo 1:6-7

Dios no quiere que insistamos en hacer lo que no nos hace bien a nuestra alma, ni le hace bien a nuestro cónyuge, vida, familia, Iglesia y sociedad…

  • “Sembráis mucho, pero recogéis poco…”, cuando no satisfacemos la necesidad principal de nuestro ser, que es, sobre todo, espiritual; los resultados obtenidos nunca serán acorde a los esfuerzos empeñados.
  • “… no hay suficiente para que os saciéis…”, por más que lo intente e incluso logre algo, siempre faltará lo principal, la satisfacción.
  • “… y el que recibe salario…”, incluso trabaja, hay oportunidades, esfuerzo, dedicación, pero la persona las pierde y no desarrolla.
  • “… en bolsa rota…”, todo lo que hace es en vano, estropea lo poco o mucho que recibe, porque el salario, la recompensa por el trabajo no se establece. No basta recibir o conquistar, es NECESARIO establecer.
  • “… Considerad bien vuestros caminos”, Dios nos invita a reflexionar, a usar la razón con justicia sobre nuestra conducta delante de Él; si Le somos fieles, cómo es nuestra conducta en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestra empresa, en nuestros proyectos, en nuestros negocios…

Hay esperanza de que este año sea mejor que el anterior. Pero ¿cómo?

  • El autoengaño de pensar o decir: “Soy una buena persona”, “no le hago mal a nadie”, o esperar de brazos cruzados superaciones y realizaciones, felicidad, es esperar un final triste. ¿Por qué? Porque no es suficiente desear, esperar, soñar ¡para ser feliz!

Preguntas como: “¿Por qué les suceden cosas buenas a las personas y a mí me sale todo mal?”.

  • En el pasaje bíblico que leímos, Dios nos está llamando a reflexionar sobre nuestras actitudes.
  • ¿No está satisfecho con la manera en cómo está avanzando su año? Sepa que es el resultado de lo que usted sembró.
  • No busque a quién culpar… Si no estamos satisfechos con la cosecha, debemos cambiar la semilla y la manera de sembrar…

“Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará Vida Eterna”. Gálatas 6:8

  • Sembrar para la propia carne es hacer la propia voluntad, es continuar, insistir en el error, en la soberanía, ignorando las consecuencias del pecado. Y la consecuencia siempre será la corrupción, la destrucción moral, personal, física, familiar y económica.
  • Corromper es quitar algo de su verdadero estado, alterar su origen o propiedades. Dios creó al ser humano en perfección, pero sus actitudes trajeron corrupción a su alma.
  • Las 4 primeras cosas que perdemos cuando sembramos para la carne son:
  1. Paz
  2. Indefinición
  3. Fuerza
  4. Certeza de la Salvación, alegría permanente

Sembrar para el Espíritu es orar más, meditar más en la Palabra de Dios, ayunar más, formar parte de algún grupo de la iglesia, ganar almas, dar su testimonio y contar sus experiencias a los demás, ya sea en la iglesia, en el diario El Universal, en la televisión, en la radio.

¡Resistir la tentación es un gran hecho! Porque sembramos para el Espíritu y cosechamos para la vida.

La Vida Eterna es el fruto de sembrar para el Espíritu en esta vida terrenal. Es imposible alcanzar la Salvación, la Vida Eterna, sembrando para la carne, haciendo nuestras voluntades.

Sembrar es una actitud consciente. La Tierra no da frutos por casualidad, sino que corresponde a la semilla sembrada.

Si reconoce que sembró mal, ¡significa que no todo está perdido! Dios le está dando hoy, aquí y ahora, la oportunidad de empezar a sembrar para el Espíritu.

Usted puede empezar a sembrar arrepintiéndose, bautizándose en las aguas por arrepentimiento (si aún no lo hizo).

¿Le ha ayudado este blog? Cuénteme su experiencia en los comentarios.

Obispo Júlio Freitas
Nos vemos en la IURD o en las Nubes!