El último martes, se realizó el seminario para todos los que desean servir a Dios en el Altar.
Los sacerdotes debían ser la representación de la santidad de Dios delante del pueblo. Sin embargo, en lugar de buscar esa santidad, se preocuparon más por el exterior que por el interior, ¡impidiendo que Dios los usara!
«Entonces respondió Amós y dijo a Amasías: Yo no soy profeta, ni hijo de profeta, sino que soy boyero y cultivador de sicómoros. Pero el Señor me tomó cuando pastoreaba el rebaño, y me dijo: Ve, profetiza a Mi pueblo Israel.» Amós 7:14-15
Amós era pastor, agricultor y llamó la atención de Dios por su obediencia, sinceridad y compromiso en su trabajo, convirtiéndose en un profeta del pueblo de Israel.
Ser usado por Dios es ser útil y tener temor en todo lo que hacemos, incluso en nuestra comunión con Dios, porque eso hace que nuestro servicio sea eficaz y nos mantiene de pie sin desmayar.
¿Cómo permanecer en nuestro servicio? Ser espiritual y nunca creer que somos capaces de algo.
De aquí en adelante, todo será diferente.
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