¿Usted es diamante o carbón?
El diamante es un mineral muy raro. El material más duro que hay en la naturaleza, solo puede pulirse o lapidarse con otro diamante. La palabra diamante viene del griego adamantos, que significa indomable, invencible.
El diamante y el carbón tienen la misma composición química.
El carbón es una de las rocas más frágiles que hay, un material absolutamente común, trivial y de poco valor.
La diferencia está en la presión a la que es sometido. Cuando el carbón es sometido a presiones elevadas durante mucho tiempo, de él nacen diamantes.
Lo mismo sucede con el que desea servir a Dios, en el mundo somos carbón, personas comunes y, muchas veces, consideradas inútiles. Sin embargo, cuando aceptamos ser moldeados por la Palabra de Dios y por Sus siervos que Él envía para ayudarnos a mejorar, somos como un diamante que pule otro diamante, uno agrega valor al otro, para que la obra de Dios pueda avanzar y podamos ganar muchas almas.
Hay que analizar:
¿Somos diamantes puliendo diamantes o seguimos siendo carbones?
«Pero quiso el Señor quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando Él Se entregue a Sí mismo como ofrenda de expiación, verá a Su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor en su mano prosperará.» Isaías 53:10
Cuando la persona no acepta ser presionada, contrariada, disciplinada, corregida, se desmorona como el carbón. Pero los que se dejan moldear, apedrear y, soportan la presión de las tentaciones, de las persecuciones, por hacer lo que es correcto, se vuelve un diamante en la corona de nuestro Rey.
Pastor Douglas Coutinho, Buenos Aires – Argentina
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