Todo lo que es bueno y saludable para el ser humano exige fidelidad y disciplina.
El Espíritu Santo nos da la capacidad de controlar nuestro yo y nuestras reacciones.
¡Cuidado! No todos los que predican la Palabra de Dios son de Dios.
El bautismo en el Espíritu Santo es fruto de un deseo ardiente de conocer al Señor Jesús.
Dios no anda con cobardes y religiosos, ¡sino con personas de la fe!
Permanecer espiritualmente de pie depende de las decisiones que tomamos diariamente.
Andar en el camino de la obediencia a Dios nos conduce a la vida plena y Eterna.
No basta indignarse contra la situación, ¡es necesario tener la Dirección Divina!
Las correcciones nos muestran lo mucho que nuestras emociones nos engañan.
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