Eliminá lo que fue útil en el pasado, y que no te sirve más en la nueva etapa de tu vida.
No perdonar es como tener un ancla que no te deja avanzar.
Dios es grandioso y aún así no desprecia a nadie. Todos somos importantes para Él.
Si valorás tu alma, también valorás el alma de tus seres queridos.
Así como Tú, Señor, negaste Tu voluntad, yo también niego la mía.
Dios nos restaura, nos cura y nos da una nueva vida cuando recibimos al Espíritu Santo.
Podemos ver los problemas de dos maneras, venciéndolos o siendo vencidos por ellos.
Dios no nos exige perfección, pero Él quiere que seamos su morada.
Siempre y, por sobre todo, honrá a Dios en tu vida.
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