23 de febrero
Vivir en la Justicia puede incomodar nuestra carne, pero agrada a Dios.
La vida del cristiano es un campo de batalla y es necesario tener la Armadura de Dios para vencer esa guerra.
El perdón no es una cuestión de sentir; el perdón es necesario para que seamos perdonados.
El temor del Señor nos vuelve fuertes, valientes y resilientes para superar todas las tentaciones, dificultades y persecuciones.
¡Mire hacia adelante! Su pasado usted no lo puede cambiar, pero puede aprender con él para no cometer los mismos errores.
Deje hacia atrás las cosas del pasado y enfóquese en las que están delante de usted. ¡No se distraiga, no permita que nada desvíe su foco!
Cuide las palabras que usted pronuncia. Y tenga cuidado con las palabras que usted oye.