El jueves 12 de diciembre, se llevó a cabo la tercera reunión de la Cruzada del Espíritu Santo. Durante este encuentro, se destacó la importancia de la familia en el plan divino de Dios.
Dios creó al hombre después de haber creado todo lo demás y, al observar que el este necesitaba compañía, creó a la mujer, estableciendo así la familia. Porque la familia nace de la unión entre el hombre y la mujer y esta es la propia naturaleza de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por lo tanto, Él espera que cada persona también forme una familia para alcanzar la verdadera felicidad, porque “no es bueno que el hombre esté solo”.
Por otro lado, los errores que muchas personas cometen en la vida matrimonial afectando, principalmente, su vida espiritual y, consecuentemente, su relación conyugal. Aunque Dios es misericordioso, también es justo, y no declara inocente al pecador que no se arrepiente. Él espera que cada persona reconozca sus errores y busque arrepentirse sinceramente. Este acto de humildad y reconocimiento es una manera de expresar la necesidad de restaurar su relación con Dios.
“‘Porque Yo sé los planes que tengo para vosotros’”, declara el Señor, “‘planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza’ “ Jeremías 29:11
Sin importar los errores cometidos o las adversidades enfrentadas, la última palabra siempre la tiene Dios, quien ofrece una nueva oportunidad para vivir bajo Su propósito y dirección.