¡Recuerde todas las promesas que Dios le hizo!
No importa cuántos enemigos y problemas se levanten contra usted, si es amigo del Dios vivo, ¡los vencerá a todos!
Ahora debo decir lo contrario: No importa cuántos miles de amigos tenga, si es enemigo del Dios vivo, ¡será derrotado por todos!
Puedo asegurarle, por medio de las Sagradas Escrituras y por decenas de experiencias personales, que nuestros enemigos «poderosos», desde el punto de vista económico, dueños de bancos, dueños de canales de televisión, políticos y sectarios fueron derrotados pública y mundialmente por nuestro Dios.
Porque no importa cuán «fuertes y poderosos» sean los problemas y enemigos, si usted realmente es amigo del Dios vivo, su victoria está garantizada, así como ha sucedido con nosotros en la Universal.
¡Lo importante es lo que está escrito! La promesa es que Dios peleará por usted y por mí, por quien es verdaderamente Su amigo.
El propio Dios les prometió esto a los que creen, a los que se mantienen fieles a Él y a los que practican Su Palabra, independientemente de las circunstancias.
Analice conmigo lo que está escrito en Josué 23:9-10:
«Pues ha arrojado el Señor delante de vosotros grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido resistir delante de vuestro rostro. Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque el Señor vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como Él os dijo».
¡¡¡Qué maravilla!!!
El propio Dios peleará por usted, aunque sea débil e inexpresivo a los ojos del mundo, así como el joven David, que se preparó para luchar contra el gigante, vencerá cualquier guerra en la que el Señor de los ejércitos esté de su lado.
No obstante, Él solo estará con usted si permanece en la disciplina de Su Reino, que es: obedecer, confiar, ser justo y ser fiel.
La promesa de que Dios estará y peleará con nosotros es para los que somos fieles y nos esforzamos por andar de fe en fe, de guerra en guerra, de sacrificio en sacrificio.
La promesa del Altísimo es exclusiva para los que se entregan a Él 100 % y obedecen Su Palabra de manera inteligente.
¡El que obedece a Dios en integridad de espíritu es fuerte y valiente!
El que forma parte del Reino de Dios y no de una religión Lo sirve con todas sus fuerzas.
En el Reino de Dios no hay indisciplina, corrupción, desobediencia e injusticia. Por eso, si forma parte del ejercito del Dios vivo, es momento de que recuerde que con Él será capaz de luchar tanto contra mil enemigos como contra mil problemas y salir victorioso.
Dios me puso aquí, ante usted, para decirle: «Hoy es día de recordar todas las promesas que Él le hizo a Sus soldados».
Esta es la fe que transforma muchachos en gigantes.
El Señor está volviendo para buscarlo y librarlo de la gran tribulación que llegará a la tierra en cualquier momento, pero, mientras esto no suceda, luche sus guerras.
Manténgase vestido de blanco espiritualmente, con un carácter irreprensible, una fe inquebrantable y una vida ejemplar. Si no, usted quedará atrás.
Si aún no se entregó de hecho y de verdad, arrepiéntase sinceramente, entréguese ya, ahí y ahora, y priorice la búsqueda del bautismo con el Espíritu Santo.
No se olvide de que solo hay una manera de que usted se agigante el día de la batalla, ¡recordando las promesas que Dios hizo y enfrentando los gigantes sin miedo!
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas