Coraza de la Justicia: Ella es incómoda
La Coraza de la Justicia, como hemos hablado anteriormente, hace parte de la Armadura De Dios. Ella es quien protege los órganos vitales espiritualmente hablando, de los siervos del Altísimo, en las batallas cotidianas.
Es importante resaltar que no es fácil sostenerla. La Coraza de la Justicia es incómoda, pesada y exige que nosotros nos ajustemos a ella. Como un soldado que tiene que soportar su peso, ella exige que el siervo De Dios tenga fuerza para aguantarla.
Esto significa: La Palabra De Dios no se sujeta a nuestra voluntades, manías, tradiciones, debilidades, somos nosotros que tenemos que sujetarnos, sacrificarnos y decir no a nuestra carne para obedecer a la Palabra de Él.
Pero lo que ha faltado en muchos cristianos es justamente eso: sumisión a la Palabra De Dios. Muchos se han quitado la armadura y consecuentemente, la Coraza de la Justicia, por no querer adaptarse, soportar el peso y la incomodidad en su carne.
Moldearse a la Palabra De Dios exige humildad, disciplina, coraje y orden. Quien es rebelde, indisciplinado, vanidoso y prepotente no acepta esa disciplina, que hace parte del Reino De Dios. Por eso, muchos han sido heridos, acertados por los demonios y acaban abandonando la Fe.
Esa es la señal que apunta para el final de los tiempo y el regreso del Señor Jesus.
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 1 Juan 2:18
Por no soportar la justicia “cristianos” han abandonado la Fe y se han tornado personas con pensamientos completamente contrarios a los de nuestro Señor Jesus. Una apostasía que recoge, del Altar De Dios, almas que un día se sometieron a Él y sacrificaron en su Altar.
Pero, aquel que realmente hace parte del cuerpo del Señor Jesus, se moldea a Su Palabra y a la Coraza de la Justicia. Este jamás abandona la fe, sigue adelante hasta la muerte o hasta el regreso del Señor Jesus.
¿Y usted, se ha moldeado a la Palabra De Dios? ¿O no ha conseguido lidiar con la disciplina de Su Reino?
Reevalúe su condición espiritual y esté preparado para lo que viene.
¡Nos Vemos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Júlio Freitas