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El carácter de un siervo De Dios.

20 de febrero 2021

El carácter de un siervo De Dios.

A través de la meditación en estos versículos podemos aprender un poco más sobre el verdadero carácter de un siervo De Dios.

Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer
Hechos 20:22

“…sin saber lo que allá me ha de acontecer.” El siervo que está en el Altar no sabe qué será de su vida mañana. No tiene planes personales para su futuro. Él vive en novedad de vida cada día de su existencia. Nuestro ministerio nos depara desafíos que, a simple vista, pueden parecer insuperables, pero es justamente ahí donde glorificamos a Dios, frente a luchas imposibles, donde superamos debido al poder De Dios.

salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.
Hechos 20:23

“…el Espíritu Santo (…) me da testimonio diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.” Hoy vemos muchos que desisten debido a que no poseen reconocimiento, gloria, beneficios, etc. Sin embargo, vemos que ya en la Iglesia primitiva el Espíritu Santo alertaba que, lo que estaba por venir, eran luchas, aflicciones, guerras, confirmando las palabras del Señor Jesús. Cuando tenemos la vista puesta en Dios, no esperamos elogios, y sí correcciones, para cada día servir más y mejor a nuestro Dios.

Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
Hechos 20:24

“…ni estimo preciosa mi vida para mi mismo…” Nuestra vida es preciosa por el Espíritu que habita en nosotros y por el llamado que hemos atendido de servir a Dios. Sin el Espíritu Santo y sin cumplir nuestro llamado, ¿para qué servimos? ¿Para ganar dinero, enriquecernos, tener bienes y poseer un status en este mundo? Mil veces no. O vivimos para servir o, simplemente, no servimos para vivir. No podemos mirar atrás. No podemos pensar que algo mejor nos espera lejos del Altar.

Todo lo que somos, tenemos y deseamos ser proviene del Altar, y ni por un solo segundo podemos apartar nuestra mirada de Él.

Colaboró Pr. Nicolás Sosa – España