Mensajes

Los anónimos de la Obra de Dios

16 de agosto 2021

Los anónimos de la Obra de Dios

El 99% de los trabajos que involucraban el servicio a Dios y a Su pueblo eran visible: las vestiduras de los sacerdotes, dar acceso al Tabernáculo, recibir las ofrendas, inspeccionarlas, interceder por los oferentes, sacrificar los animales y colocarlos sobre el Altar del Sacrificio, tomar las brazas del Altar de Sacrificio y llevarlos al Altar del Incienso.

Todos eso servicios al Dios Vivo eran visibles y administrados por todos. Pero, sin embargo, había un servicio que no era invisible, mas, fundamental. Ese servicio era realizado por las noches, en lo más oculto del Tabernáculo, y más tarde, en el Templo ¿Cuál sería ese servicio? ¿Le ha dado curiosidad? Pues bien, yo le voy a revelar: era mantener la luz del Menorá (Candelabro de siete brazos) encendida durante noche y día. Las 24 horas ininterrumpidas. Veamos:

“Manda a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas claro y puro para la iluminación, a fin de hacer arder continuamente las lámparas.” Levítico 24:2

Tú mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas claro y puro para la iluminación, a fin de hacer arder continuamente las lámparas. Aarón y sus hijos las dispondrán delante del SEÑOR, en el tabernáculo de reunión, fuera del velo que está delante del testimonio, desde el anochecer hasta el amanecer. Este es un estatuto perpetuo de los hijos de Israel, a través de sus generaciones. Éxodo 27:20-21

 

Ese servicio era tan simple, pero a la misma vez tan importante. Pues, los sacerdotes (siervos del Dios- Vivo) no podrían dejar de forma alguna que las lámparas del Candelabro se apararan.
¿Por qué? les explicaré más adelante…

Para que no fuera a suceder que el Candelabro se apagara, ellos deberían estar despiertos, toda la noche, para ir rellenando de aceite las copas, en la medida en que ese elemento Sagrado fuera siendo consumido.

Como en aquella época, aún no habían despertadores, la única manera era mantenerse despiertos para la ejecución santa y precisa de ese servicio al Dios Vivo, quedando de pie y en constante movimiento.

¿Tal vez usted se está preguntando: “ Y qué hacían durante toda la noche”?

Invertían en su relación personal con Dios, a través de la lectura y meditación, intercediendo por el pueblo del Altísimo, Alabando y Adorando al Dios Vivo.

¿Por qué Dios me reveló y llamó mi atención con ese servicio anónimo de Su Obra?

Creo que por el hecho de que algunos obreros, y auxiliares de pastores, piensan erróneamente, que los servicios y siervos anónimos son menos importantes o que ellos no merecen el cuidado, la atención, la dedicación y Santidad que se tiene para con los que aparecen a la vista de todos. Como por ejemplo: en los programas de TV y radio, evangelizando, atendiendo a las personas o haciendo reuniones.

Quiero que usted despierte para el peligro de ignorar el hecho, de que todos esos servicios mencionado encima, son dependientes de la Luz (entendimiento, dirección, inspiración, poder, comunión con el Espíritu Santo). Sin esa luz estaríamos en las tinieblas y aunque estemos en la Iglesia, terminamos colocando en riesgo nuestra Salvación y la Salvación de los que están a nuestro alrededor, y comprometiendo la disciplina, la seriedad, y la Santidad de la obra de Dios.

Por favor lea en voz alta el versículo siguiente:

He aquí, bendigan al SEÑOR, ustedes, todos los siervos del SEÑOR que están en la casa del SEÑOR por las noches. Salmos 134:1

Los siervos Bendicen al Señor y no lo maldicen, a ejemplo de algunos que lo maldicen porque piensan que no son importantes.

Limpiar la iglesia, los baños, organizar los cuartos de herramientas. No permitir que los folletos o periódicos de la Iglesia queden tirados en diversos lugares, dañados. Visitar a los apartados, que nadie ha percibido. Organizar las sillas para la próxima reunión.

Todo lo que hacemos en la Obra de Dios, para Él, es motivo de bendecir y jamás, en tiempo, alguno de maldecir.

Si los demás agradecen o no, si reconocen o no, no importa. Lo que importa es que lo hicimos para Dios y no para que los otros nos vean o nos reconozcan.

Alcen sus manos hacia el santuario y bendigan al SEÑOR. Salmos 134:2

Aquí va otra orientación del Espíritu Santo: “levante sus manos al Santuario”. Eso significa: no se detenga, no se quede de brazos cruzados, o hacia abajo, desmotivado, débil, triste…No, no, no…Levante las mismas manos que fueron usadas para liberar, levantar a los caídos, orientar a los perdido. Ellas deben ser regidas par Adorar y Alabar a nuestro Dios, para bendecirlo en Su Santuario.

Observe que las manos (acciones que fueron vistas por los demás del lado de afuera del Santuario en el “servicio visible”) deben ser erguidas en señal de rendición, dependencia al Dueños de esta Obra, el Señor de los ejércitos. Caso contrario, todo lo que hacemos y que a los ojos de los demás parece ser bueno, a los Ojos de Dios pues ser malo. Por falta de comunión y dependencia de Él, como el Señor Jesus afirmó:

Entonces yo les declararé: ‘Nunca les he conocido. ¡Apártense de mí, obradores de maldad!’. Mateo 7:23

Continuando en nuestra meditación:

El SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sion. Salmos 134:3

Los que sirven a Dios, sin esperar reconocimiento, en el anonimato, Adoran a Dios y hay una bendición específica para ellos que sirven en la casa de Dios. Específicamente para los que no aparecen ante los ojos del pueblo, ni de las autoridades de la propia obra.

Era un servicio durante la noche, ante los ojos solaste de Dios, mantener el Candelabro encendido. Esto significa: tener placer en estar con Dios, independientemente de las personas a su alrededor, o de las circunstancias…

Ellos no tenían despertador, entonces, para mantenerse despiertos, quedaban de pie, caminando, buscando siempre hacer algo más…

Piense en esto.

¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Júlio Freitas.