Este es un peligro que puede alcanzar a aquellos que anuncian el evangelio.
Vea el peligro que todos nosotros corremos, pues como lidiamos con el público, es inevitable que tengamos fama (es decir; porque anunciamos las Buenas Nuevas, tenemos la atención y admiración de las personas).
Pero, todo eso, es debido a la Gloria de Dios, que Él colocó en nosotros, mediante el Espíritu Santo. Observe:
Y tu fama se difundió entre las naciones, a causa de tu belleza, que era perfecta por el esplendor que puse en ti, dice el SEÑOR Dios. Ezequiel 16:14
Por eso, todo cuidado es poco, para no inclinarnos a nuestros corazones. Porque el texto continúa:
Pero confiaste en tu belleza y te prostituiste a causa de tu fama; vertiste tu lujuria sobre todo el que pasaba, fuera quien fuera. Ezequiel 16:15
¡Cuán débil es tu corazón!, dice el SEÑOR Dios[a]. Porque has hecho todas estas cosas, obras de una prostituta atrevida, Ezequiel 16:30
¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Júlio Freitas