Entienda el verdadero significado del diezmo
Probablemente, ya conoce el pasaje de Malaquías 3:10, que habla sobre los diezmos. Pero me gustaría meditar profundamente en el verdadero significado de diezmar para Dios.
El pasaje empieza así:
«Traed todos los diezmos al alfolí…»
«Diezmos», está en plural, es decir, no se refiere solo al diezmo económico, material, sino al diezmo de todo.
De esta manera, los «diezmos» comienzan desde el momento en el que se levanta y decide hablar con Dios, encender la televisión, hablar con los demás o responder mensajes.
Cuando despierta y prioriza hablar con el Altísimo, escucharlo, a través de la meditación de Su Palabra, y tomar decisiones pidiéndoles Su dirección, usted está diezmando. Es decir, está probándole que está en primer lugar.
Lo mismo sucede cuando Le agradece antes de comer, sea en el desayuno, el almuerzo o la cena; sea en público o en la privacidad de su casa.
Observe que los «diezmos» es sobre todo lo que hace, atribuyéndole toda la honra y la gloria a Él, sin aceptarlas para sí mismo, como si su capacidad intelectual, académica o empresarial fueran algo digno de alabanza.
Nada que provenga de nosotros es digno de honra, porque solo Dios es perfecto. Por eso, siempre debemos atribuirle la gloria a Él.
Cuando priorizamos Su voluntad, estamos diezmando. Así como dijo el Señor Jesús: «… pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya», Lucas 22:42.
Esto también está relacionado con la persona que recibe la invitación para conspirar contra alguien, pero no acepta; o que, en lugar de brindarle un mal servicio a la empresa, al patrón o al cliente, da su mejor.
Cuando usted hace todo como si fuera para Dios, está diezmando.
Cuando está en una relación abusiva, promiscua, egoísta; cuando está involucrado en los vicios, en la violencia, en la mentira o con una persona que lo aleja de Dios y decide dejar todo eso para hacer la voluntad de Dios, está dando su diezmo.
Hasta en el pensamiento diezma. Si tiene un pensamiento malo en contra de alguien, no está diezmando, sino que está poniendo a Dios en segundo lugar. Por otro lado, cuando mira el lado bueno, sin juzgar, ayuda, enseña y diezma.
Cuando el hijo respeta y considera a sus padres diciéndoles la verdad, está poniendo a Dios en primer lugar.
Cuando alguien aparentemente puede ser perjudicado por decir la verdad, pero, aun así, la dice, está poniendo a Dios en primer lugar.
Y siguió diciendo:
«… y haya alimento en Mi casa…»
A causa de eso, habrá alimento en la casa de Dios. El «alimento en la casa de Dios» es el espíritu, la dirección. Cada vez que usted vaya a la casa de Dios, recibirá una dirección del Altar, que lo fortalecerá y lo conducirá.
«… y probadme ahora en esto, dice el Señor de los ejércitos…»
Después de poner a Dios en primer lugar, debe probarlo. De esta manera, verá lo sobrenatural en su vida, porque Él corresponderá su fidelidad.
Él también dijo que es el «Señor de los ejércitos», es decir, es quien luchará con usted en las guerras para darle la victoria.
«… si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.»
Él dijo que derramará «bendición», en singular, es decir, una bendición única, que llenará toda su vida. ¿Qué bendición? El Espíritu Santo.
Cuando usted honra a Dios en primer lugar, tiene al Espíritu Santo y Él llena todas las áreas de su vida, de tal manera que nada le faltará.
De esta manera, queda muy claro que el diezmo va mucho más allá de las primicias económicas. ¿Ponemos esto en práctica en nuestro día a día?
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas