La importancia de una madre con principios morales

En los Juegos Olímpicos de Londres, el atleta keniano, Abel Mutai, estaba a pocos metros de la línea de llegada, pero se confundió con las señalizaciones y se detuvo antes, pensando que había terminado la carrera. El atleta español, Iván Fernández, que estaba detrás de él, al percibir lo que estaba sucediendo, empezó a gritarle que siguiera corriendo, sin embargo, Mutai no sabía español y no le entendía.

Fernández, en lugar de pasarlo, le indicó la línea a su compañero y lo ayudó a vencer la prueba.

Un reportero le preguntó a Iván: «¿Por qué hiciste eso?».

Iván le respondió: «Mi sueño es que un día podamos tener un tipo de vida comunitaria, donde nos incentivemos a nosotros mismos y donde incentivemos a los demás a vencer».

El reportero insistió: «Pero ¿por qué dejaste que ganara el keniano?».

Iván le respondió: «No lo dejé ganar, él iba a ganar. La carrera era de él».

El reportero insistió nuevamente: «¡Pero podrías haber ganado tú!».11

Iván lo miró y le respondió: «¿Cuál sería el mérito de mi victoria? ¿Cuál sería la honra de esa medalla? ¿Qué pensaría mi madre al respecto?».

Los valores se transmiten de generación en generación.

¿Qué valores les enseñamos a nuestros hijos y cuánto inspiramos a los demás a ganar? La mayoría de nosotros aprovecha las debilidades de las personas, en lugar de ayudarlas y fortalecerlas.

Colaboró: Misionera Ana Villatoro – Estados Unidos