No confunda adoración con alabanzas

No sean tercos como sus padres, sino sométanse al Señor y entren en Su santuario, que Él ha santificado para siempre, y sirvan al Señor su Dios para que Su ardiente ira se aparte de ustedes. 2 Crónicas 30:8

Al leer este versículo, tal ves usted piense: “entonces, si yo apenas voy al Templo y digo palabras bonitas de adoración a Dios, Él no estará más airado conmigo».

Es ahí que está en engaño de muchas personas. Primeramente, es necesario entender el significado de la palabra ADORACIÓN:

En hebraico ( עֲבוֹדָה) es AVODAH – ‘a.vádh’. Y la raíz de la palabra AVODAH es AVOD que significa: servir, trabajar. La misma palabra que adora a Dios es usada para el trabajo. Lo que significa que adorar a Dios es SERVIR A DIOS, trabajar para el Señor.

Es necesario tener la conciencia, de que ni todos los que cantan alabanzas, o pronuncian palabras bonitas están adorando a Dios.

Quien adora a Dios, es quien lo sirve; con su vida, con su obediencia, con sus actitudes, con sus decisiones, su propio yo, su voluntad, sus manías, su querer.

Por eso, es necesario que las personas paren de confundir alabanzas con adoración.

Alabar a Dios es cuando ofrecemos nuestro culto racional, le agradecemos por todo lo que ha hecho en nuestras vidas, ya Adorarlo, es cuando lo servimos.

Una ves que entendemos esto y lo colocamos en práctica, ciertamente podemos glorificarlo, con nuestra vida, por medio de nuestro testimonio.

¡Nos vemos en la Universal o en las Nubes!

Obispo Júlio Freitas