Sea ángel o ser humano
Cambiar de espíritu es una necesidad real y tiene que ver con el poder del libre albedrío (el poder de elegir y decidir), que incluso los ángeles del cielo tuvieron y tienen. Como Lucifer que era un ángel, pero que usó su libre albedrío para decidir y elegir cambiar el espíritu de la humildad, de la sumisión y de la gratitud por el espíritu del orgullo, de la rebeldía y de la ingratitud.
«¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.» Isaías 14:12-15
Entonces, vea que, por mejor que sea el ambiente, el libre albedrío de decidir qué espíritu tendremos es de cada uno. Sea ángel o ser humano, sea para bien o para mal, la decisión siempre es y será de cada uno.
De esta manera, llego a la conclusión de que mi cambio de espíritu puede ser para entrar al Cielo o para nunca entrar allí, para darle la libertad al Espíritu Santo de usarme o no.
¡Atención! Si usted está leyendo esta nota y vive un infierno en su vida, sepa que puede salir de eso, solo debe cambiar de espíritu. Entréguele a Dios el viejo, el de la rebelión contra el Altísimo, contra la verdad, contra la justicia, contra el sacrificio, contra la bondad, para recibir un nuevo espíritu.
Tome la decisión ahí y ahora de cambiar de espíritu, porque su vida y todo a su alrededor cambiará.
Si en el cielo hubo esa posibilidad, por peor que sea el infierno que está viviendo, ¡hay una solución! Solo debe elegir cambiar el espíritu viejo por un espíritu nuevo, según los pensamientos de Dios, registrados en Su Palabra.
Usted que ya tiene el Cielo en su interior, así como yo, por medio del espíritu nuevo y del bautismo con el Espíritu Santo, no se olvide del ejemplo del Señor Jesús, que descendió del Cielo y no cambió de espíritu hasta el día en el que volvió a ascender. No cambie de espíritu como Lucifer y la tercera parte de los ángeles que se convirtieron en demonios.
¡Observe que los dos vivieron en el mismo lugar tuvieron el mismo ejemplo y escucharon la misma palabra! Sin embargo, al contrario del Señor Jesús, satanás no fue sometido a las injusticias, a las maldades y a la incredulidad de los demás, mucho menos al sacrificio incondicional; ¿imagine si lo hubiera sido?
#EspírituNuevoVidaNueva
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas