Somos probados por nuestras palabras
Esta frase nunca tuvo tanto sentido para mí.
Pero, gracias a Dios, Él y el Señor Jesús están en la presencia del Espíritu Santo y no nos dejan.
Eso me hizo fuerte y me ayudó a superar ese desierto.
Somos probados por nuestras palabras.
Fui probada cuando Dios me hizo recordar el voto que Le hice en el Altar, antes de conocer a mi exmarido. Después de muchos años (este año), necesité validar mi voto con Dios.
El dolor pasó y tengo la certeza de que esta es la mejor decisión: Dios, el Altar, ¡siempre!
Abrazos para usted y su esposa Vivi.