Una palabra que nos deja sin palabras
«Por cuanto no serviste al Señor tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare el Señor contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.» Deuteronomio 28:47-48
He ahí una palabra que nos deja sin palabras.
Es imposible no reflexionar sobre su significado, porque esta es liberadora y no deja lugar a dudas.
Observe que no es solo lo que hacemos sino con la intención con la que lo hacemos.
Dios ha permitido que pasemos por situaciones para que, a través de nuestras reacciones, podamos ver lo que está en nuestro corazón.
Muchas veces, pensamos que nos conocemos o estamos convencidos de nosotros mismos, pero Dios, en Su misericordia y paciencia, nos muestra la realidad y busca moldearnos.
Ahora bien, es necesario darle oídos a Su dirección y ser rápidos para actuar contra nuestra inclinación, nuestros sentimientos, nuestras creencias y manías, entre otras cosas.
En este exacto momento, ya estamos sirviendo a alguien, por eso, elija bien.
- Si elige servir al Señor, ¡será cuidado, realizado, protegido y feliz!
- Si elige no servirlo, ¡será subyugado, frustrado e infeliz y estará desprotegido!
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas