¿Y ahora qué?
En las últimas semanas hemos estado 100 % enfocados, con todas nuestras fuerzas, presentando nuestro todo a Dios en Su Altar, para que usted recibiera la mayor promesa que Él nos dejó: el Espíritu Santo.
Jesús dijo:
“Y Yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre; es decir, el Espíritu de Verdad, a Quien el mundo no puede recibir, porque ni Le ve ni Le conoce, pero vosotros sí Le conocéis porque mora con vosotros y estará en vosotros”. Juan 14:16-17
Pero ahora, ¿Qué deben hacer las personas que fueron bautizadas con el Espíritu Santo en esta Hoguera Santa en el Monte Sinaí – Ayuno de Daniel – Ahora es mi turno?
Inicialmente deben:
– Ser atendidas por su Pastor, para que él las oriente en esta nueva etapa de la fe;
– Si aún no participan en un Grupo, el Pastor debe orientarlas a que lo hagan.
A fin de cuentas, el Espíritu Santo no vino solo para que usted pueda hablar en lenguas o simplemente diga “Estoy Sellado”, porque, además de proteger su Salvación hasta el regreso del Señor Jesús, el Espíritu Santo le capacita para que pueda servir a Dios Más y Mejor.
Por eso es importante decirles a estos nuevos Bautizados qué sucede en nuestro interior cuando somos Sellados con el Espíritu Santo:
Ya no existen más:
Traumas, complejos, miedo, ansiedad, orgullo, mal carácter, mentira, planes egoístas, ningún tipo de vicio, envidia, deseo de venganza, miedo de los demonios, de la muerte, del futuro… ninguna de estas cosas y otras más forman parte de alguien bautizado con el Espíritu Santo.
Los bautizados con el Espíritu Santo tienen en común:
– Temor a Dios;
– Fuerza para luchar;
– Deseo de agradar a Dios;
– Amor, compasión por las almas;
– Absoluta certeza de que Dios está consigo;
– Pureza en todo, gratitud, alegría, bondad…,
– El deseo de ser contado, de ayudar de alguna manera en la Obra Evangelística de Dios.
Para alcanzar eso, los recursos más eficientes que existen son:
– La fe inteligente,
– La obediencia a la Palabra de Dios,
– El Bautismo en las aguas,
– Y el Bautismo con el Espíritu Santo.
Una persona puede tener muchas virtudes humanas y buenas intenciones, pero las cualidades más importantes vienen a través del Bautismo con el Espíritu Santo.
Quien Lo posee está apto para vencer las embestidas del mal, las dudas y los miedos, porque está revestido de la fe inquebrantable y del Propio Espíritu de Dios.
“Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a Quien el Padre enviará en Mi Nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”. Juan 14:26
Obispo Júlio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
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