La principal herramienta que Dios usa para moldearnos es el dolor
En la Biblia, podemos encontrar diferentes ejemplos de que Dios usó el dolor como una herramienta, para lograr cambiar y moldear la vida de algunas personas.
Adán y Eva: Tuvieron que enfrentar el dolor de la expulsión del paraíso, y la consecuencia, el resultado de lo que cosecharon, provocó un cambio dentro de ellos. El dolor de la expulsión que sufrieron fue necesario para que el orden y la disciplina de Dios se mantuvieran en la vida del ser humano.
Pueblo en Egipto: El dolor sobrevino con mucha fuerza sobre la vida de ellos, al punto de clamar a Dios por no aguantar más la humillación y el sufrimiento que vivían todos los días, una vida de dolor bajo el fuerte yugo del Faraón. Sin embargo, el Altísimo permitió esto porque el pueblo se había alejado de Él. Ese dolor fue necesario para que todos pudieran volver a Dios nuevamente. Él sabía que solo el dolor los traería de regreso a Sus brazos.
Abraham: El dolor que Abraham sintió durante muchos años fue el dolor de no ver su sueño realizado, el dolor de creer en Dios y tener la impresión de que no le respondía. El Altísimo permitió que Abraham sintiera ese dolor, para transformar y madurar su fe.
David: El dolor de David fue el dolor de la pérdida de su hijo, la cual Dios permitió para que el corazón equivocado que había en su interior fuera cambiado por un corazón según Su voluntad.
Ana: Sentía el dolor de la humillación que su «rival», Penina, le causaba. Sin embargo, Dios permitió esto, porque aquel dolor provocó su voto en el Altar.
Ezequías: Dios permitió que Ezequías sintiera el dolor de ser afrontado por sus enemigos para que se produjera el cambio que necesitaba y se despertara una fe indignada dentro de él, que le hiciera exigir de Dios la actuación sobrenatural, delante de su fidelidad empeñada con el Altísimo.
Job: En el caso de Job, Dios permitió que sintiera el dolor de perder todo para que comprobara por sí mismo la calidad de su fe y pudiera ser restituido.
Señor Jesús: El Señor Jesús en la cruz del Calvario sintió el dolor más grande de todos, no para ser transformado, sino para que, por medio de Su dolor, nosotros pudiéramos ser totalmente transformados.
Dios siempre usará el dolor para cambiar y moldear ciertas cosas en nuestro interior.
En los ejemplos mencionados anteriormente, podemos ver que el dolor produce:
– Orden y disciplina.
– Reconciliación espiritual.
– Madurez en la fe.
– Cambio de voluntades.
– Acercamiento al Altar.
– Fe indignada.
– Exigencia de derechos.
– Transformación de vida.
Por más duro y difícil que pueda parecer, debemos pensar y entender lo siguiente: «Si he pasado por momentos de dolor en mi vida, ¿cuál o cuáles de esos puntos mencionados Dios quiere realizar en mí?».
Que siempre podamos aprovechar los dolores para crecer y evolucionar.
Pr. Luciano Neves – Zona Sur – San Pablo