9 de abril
¿Cómo podemos mirar hacia Dios si Él es invisible? Leyendo y obedeciendo Su Palabra.
Cuando la persona se arrepiente de sus pecados, ella decide confesarlos y se convierte de sus malos caminos…
Cuando alguien muere para sus voluntades, recibe la Mayor Promesa de Dios: el Espíritu Santo.
Si hoy su vida está sin forma, sin belleza e inhabitable, acepte la Palabra y tenga temor a Dios…
La Palabra de Dios nos lava y nos señala dónde está la suciedad, dónde nos estamos equivocando. Nos señala, no para acusar o condenar, sino para salvar.
¿Cuántos tropiezos en la vida se podrían haber evitado si estuviéramos mirando hacia el Señor Jesús? ¡Todos!