10 de septiembre
El humilde no se aflige, no pelea, no paga el mal con el mal, no sigue a la multitud.
El humilde no se aflige, no pelea, no paga el mal con el mal, no sigue a la multitud.
Dios no libra a Sus siervos de pasar por probaciones, porque, para ser aprobado, es necesario ser probado.
Si no fuera por el Espíritu Santo que nos ayuda en nuestras debilidades e intercede por nosotros delante de Dios, estaríamos perdidos.
La promesa de Dios es que Él habitará en nuestro interior
Vea todo con buenos ojos, vea el lado bueno de las personas y de las circunstancias, aunque sean adversas, ¡porque el que tiene malos ojos solo pierde!
Sepa cómo fue la Palabra ministrada en el Templo de los Milagros, Buenos Aires, Argentina