«El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.» Salmos 91:1
¡Qué promesa maravillosa!
¡Esto significa tener acceso libre a la presencia del Dios vivo! Morar es tener libre acceso, a cualquier hora, en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, sin depender de obispos, pastores, iglesia, posición eclesiástica o terceros.
Habitar al abrigo del Altísimo, a la sombra del Omnipotente, es tener acceso directo a Él.
Así como dice la Palabra de Dios:
«¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que Él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.» Santiago 4:5-7
Elija ahora habitar al abrigo del Altísimo, para no depender de nadie más, solo y exclusivamente del Altísimo.
¡Tome ahora esa decisión!
Porque el Espíritu Santo quiere vivir con usted, conmigo; Él ansia eso, pero respeta la decisión de cada uno de nosotros.
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas