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¿Por quién estamos siendo cazados?

18 de octubre 2023

¿Por quién estamos siendo cazados?

 

 

“El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente. Diré yo al SEÑOR: Refugio mío y Fortaleza mía, mi Dios, en Quien confío. Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal”. Salmo 91:1-3

Ese lazo del cazador son las trampas que los espíritus malignos usan para atacar, enlazar al ser humano en sus delitos, sufrimientos, desgracias, y todo eso para herir a Dios. Ya que ellos no pueden tocar a Dios, entonces cazan a los seres humanos, al alma de los seres humanos, porque saben que eso tiene un gran precio, un gran valor. Dios estima al alma porque el alma es eterna. Incluso Jesús vino para salvar al alma, a su alma, a mi alma, pero Él solo puede librar del cazador a aquellos que hacen de Él su Abrigo.

Esos espíritus malignos nos cazan a usted y a mí, intentan tocarnos por medio de sufrimientos, accidentes, problemas, desgracias, para herir a Dios, porque Dios sufre cuando ve a uno de nosotros sufriendo. Ya que no pueden tocar a Dios quieren tocarnos a nosotros que somos la imagen y semejanza de Dios. Pero, cuando elegimos abrigarnos en el Abrigo del Altísimo, Él, el SEÑOR, nos libra del lazo del cazador.

Le guste o no, lo crea o no, estamos siendo cazados por espíritus malignos que están las 24 horas buscando la oportunidad para hacernos caer en tentaciones, buscando la oportunidad para tocarnos de alguna manera, directa o indirectamente, a través de situaciones desagradables en el propio hogar, o en el trabajo, o en el transporte público o incluso en la iglesia.

Ellos están buscando la oportunidad para acusarnos de errores cometidos, buscando la oportunidad para deprimirnos, para enfermarnos, para empobrecernos, para debilitarnos en la fe, en la comunión con Dios.

Haciendo que usted blasfeme, murmure, dude de su propia fe e incluso culpe a Dios, y abandone a su pareja, abandone a sus padres, abandone a sus hijos, abandone a su familia, deje los estudios, maltrate a alguien que está a su alrededor, con el que usted trabaja o estudia o vive a diario.

Ellos, esos espíritus malignos, armaron esta situación entre usted y su novio, entre usted y sus padres, entre usted y un miembro de la iglesia, entre usted y alguien, incluso de la propia Obra de Dios, un obrero, un auxiliar de pastor, un pastor, un obispo, ellos arman lazos en el trabajo, en su propia familia, para que usted guarde rencor, para que usted alimente ese sentimiento de hostilidad, de resentimiento hacia una persona a causa de la ofensa o del daño que usted sufrió.

Esos espíritus malignos cazadores están armando lazos para que usted deje de buscar a Dios de manera Bíblica, inteligente, como lo hacemos en la Iglesia Universal. Esos espíritus cazadores están siempre acechándonos a nuestro alrededor, siempre atentos, observando los detalles, y esperando solo la oportunidad para que usted caiga en tentación, dude, y así murmure, blasfeme, reniegue, renuncie a su Salvación y no valore lo más importante que usted tiene que es la Salvación de su alma.

Por eso amigo oyente, le guste o no, lo crea o no, usted como yo estamos siendo cazados por espíritus malignos, ¡pero Dios nos guarda cuando nosotros hacemos de Él nuestro Abrigo!

Deje su comentario y cuéntenos desde dónde nos escribe.

¡Nos vemos en la IURD o en la nubes!
Obispo Júlio Freitas

 

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