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2º Domingo del Abrigo del Altísimo

10 de octubre 2023

2º Domingo del Abrigo del Altísimo

“Diré yo al SEÑOR: Refugio mío y Fortaleza mía, mi Dios, en Quien confío”. Salmos 91:2

La fe es algo personal, individual, algo exclusivamente de uno.
No podemos esperar que nadie la asuma por nosotros, no podemos cometer el error de confiarle nuestra fe a nadie, podemos orar y hasta hacer votos por nuestra familia, pero la fe que transforma y salva es la que uno mismo asume en Dios.

Cuando usted asume su fe en Dios, esta fe inteligente le hace depender solamente de Él y de nadie más, es una fe vertical, es Dios y usted, usted y Él, nadie más.
Si los demás no quieren creer paciencia, yo creo.
Es: “yo creo, yo diré que el Señor que es mi Fortaleza y mi Refugio, que en Él yo confío”.

Muchos dicen creer en Dios, pero esa creencia es solo verbal, emocional, porque cuando surgen los problemas, las decepciones, persecuciones, frustraciones, se desaniman y tiran la toalla, dejan de buscar a Dios, paran de orar por aquella persona, dejan y de venir a la Iglesia, alegando que: “me decepcionaron”, “Ah, no recibí la respuesta cuando esperaba, como quería, cuando necesitaba”.

Sepa que, Dios nunca llegó antes ni después de Su hora marcada, Dios es el propio tiempo y Él sabe el momento de actuar, pero solo actúa en el momento adecuado y siempre y cuando nosotros ya hayamos, hecho, terminado, nuestra parte.

Mi parte es: “Diré yo al Señor…”, yo Le hablo… soy yo el que decido hacer del Señor mi refugio o de algo o de alguien.

Si decido hacer del Señor mi Refugio yo Le soy sincero y Le hablo, y si tengo que llorar lloro, y si tengo que agradecerle Le agradezco, y si tengo que clamar yo clamo, y si tengo que alabarlo Lo alabo. Mi culto racional no me permite depender de nada ni de nadie. No necesito que las circunstancias sean favorables ni que nadie me apoye, porque, confiando en el Señor, Él me fortalece, Él es mi Fortaleza.

La fuerza que yo necesito no va a venir de nada ni de nadie.
Pero tengo que tomar la decisión de confiar en Él y depender exclusivamente de Él y de mí mismo a través de una fe definida.

Asumir la fe en Dios es tener una fe definida y no depender de nadie, porque nadie puede asumir su fe por usted ni hacer de Él su fortaleza.
Confiando en Él jamás seremos decepcionados.

Satanás está trabajando fuerte, hay asesinatos, accidentes, terremotos y guerras. Jesús nos dijo la verdad: satanás no muere ni descansa y mata, roba y destruye, ese es su objetivo.
Jesús vino a traer vida, usted elige de qué lado estar.

Si usted dice a conciencia “yo elijo a Dios”, está asumiendo su fe.

“Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en Él confiaré” Salmos 91:2

Elija confiar en Dios, porque solo Él puede protegerlos a usted y a su familia, no renuncie a las armas espirituales que están a su disposición, como la Palabra de Dios, la oración, votos difíciles por alguien de su familia, ayunar, participar de reuniones especiales…

En estos 12 domingos que faltan para terminar el año, use el Lienzo del Abrigo del Altísimo (La Palabra) para tocar al descreído, desempleado, enfermo, al adicto, al depresivo, para tocar a este ser querido o familiar, amigo y profetizar su liberación, su curación, pero, sobre todo, su Salvación.

Si usted lo usa solo para su único placer, buen placer, para sentirse bien, es egoísmo, use su fe para que su familiar, además de ser liberado, próspero, sanado, sea Transformado y Salvo, porque lo más importante es lo que está allá adentro de cada uno de nosotros, ¡nuestra alma, que necesita de Salvación!

De ahora en adelante, todo será diferente.

#IglesiaUniversal
#TemploDeLosMilagros
#FromHereOnEverythingDifferent

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