Los 7 Poderes Del Padre Nuestro – Reunión Final

En la oración del Padre nuestro Jesús enseña 7 Poderes, vamos a recapitular:

1º Poder:

“Padre nuestro que estás en los Cielos, Santificado Sea Tu Nombre”. Mateo 6:9

Es fundamental ver a Dios como Padre, no solo como Creador, y yo, como hijo, debo Santificar Su Nombre, respetarLo, considerarLo, obedecerLe, confiarLe mi vida, mis necesidades y, lo más importante, mi alma, porque mi alma es eterna. Mi cuerpo volverá al polvo —dijo Dios— pero ¿y el alma? Jesús dejó claro que quien decide el destino del alma no es Dios ni los demonios ni el mundo, sino cada uno, entregándola o no al Señor, haciendo de Dios su Padre.

2º Poder:

“Venga Tu Reino…” Mateo 6:10

Venga el Espíritu Santo, venga Tu Espíritu en mí.

3º Poder:

“Hágase Tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo…”. Mateo 6:10

Que yo haga Tu Voluntad y no la mía. Mis voluntades me frustran, me decepcionan, me cansan, pero Tu Voluntad, que es Buena, Perfecta y Agradable, jamás me frustrará ni me decepcionará. Que se haga Tu Voluntad, aunque a veces no la comprenda ni la acepte.

4º Poder:

“Danos hoy el pan nuestro de cada día”. Mateo 6:11

Viva el día de hoy sin ansiedad, enfóquese en lo más importante, en el primer pan que debemos comer, que no es el pan físico, sino el espiritual, como dijo Jesús: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Cuando usted medita en la Palabra de Dios demuestra que Él está en primer lugar de hecho y de verdad, y que Él va a atender todas sus necesidades. Solo una cosa Él demanda de nosotros: fe, acompañada de confianza y de obediencia.

5º Poder:

“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Mateo 6:12

Perdonar a las personas que nos ofenden nos hace más bien a nosotros que a las personas que nos ofendieron. Retener perdón o tener rencor nos hace mucho más mal que el daño que nos hicieron. Perdonar a nuestros deudores es la condición para que Él nos perdone a nosotros.

6º Poder:

“Y no nos metas en tentación…”. Mateo 6:13  

Líbrame de entrar y de caer en tentación pecando contra Ti inconscientemente con pensamientos, palabras, deseos.

7º Poder:

“… mas líbranos del mal”. Mateo 6:13 

Es en plural, líbranos, no líbrame. Si practiqué los 6 poderes anteriores ahora puedo decir “líbranos”, yo fui capaz de ayudarme, ahora que Dios me use para ayudar a alguien. Haz por mí y por los demás lo que yo no puedo, porque lo que puedo lo estoy haciendo, haz Tu parte Señor, porque la mía ya la he hecho.

¿Terminó ahí? No, Jesús siguió hablando:

“Porque Tuyo es el REINO y el PODER y la GLORIA para siempre jamás. Amén^”. Mateo 6:13

Todo es de Él, nada traemos y nada nos llevaremos de este mundo, a Jesús Le fue dado todo el Poder y la Autoridad en los Cielos y en la Tierra, e incluso debajo de la Tierra, porque Él venció a la muerte, al infierno, a la incredulidad en la Tierra, a la rebelión de los ángeles en el Cielo, Él venció a los demonios, al mal, a la injusticia, al egoísmo, al fanatismo, a la ingratitud, por eso DE ÉL ES.

Si usted es hijo, padre, ciudadano, profesional, alumno, pastor, obrero… es para Jesús, no para usted. Si es propietario de algo, ¡enhorabuena!, pero sepa que nada es nuestro, todo es prestado, desnudos vinimos y al sepulcro no nos llevaremos absolutamente nada. Una sola cosa podemos decidir en vida y llevarnos, que es la salvación de nuestra alma, asumiendo a Jesús como nuestro Señor y Salvador, el Príncipe de la Paz. Como señal de Su Perdón usted recibe paz, tendrá problemas, pero cuando usted es siervo, hijo del Príncipe de la Paz que es Jesús, tiene paz en su alma, no le aflige nada del pasado ni del presente ni del futuro, nada le provoca ansiedad, inseguridad, irritabilidad o miedo.

Hay 3 Palabras que deben ser entendidas, valoradas y practicadas para que los 7 Poderes tenga acceso a nuestra trinidad: Mente, Alma y Cuerpo. Preste atención al orden que se sigue:

1° “… el REINO…”

A pesar de que el Reino es de Dios, Él nos ofrece Morada Eterna con Él en ese Lugar Maravilloso, el Reino de los Cielos. Pero ¿cuál sería el precio? ¿Cuál sería la forma de que eso sucediera?

“Desde entonces comenzó Jesús a Predicar y a decir: ‘Arrepiéntanse, porque el Reino de los Cielos está cerca” Mateo 4:17

Sí, el precio es ese: ¡arrepentimiento sincero! Reconocer sus pecados, confesarlos abandonándolos y nunca más volver a practicarlos. Usted debe hacer eso ya, lo antes posible, incluso Bautizándose en las aguas, arrepentido, porque al hacer eso empezará su vida con Dios de verdad. Empezará su Eternidad. Su Reino —Espíritu Santo— estará dentro de usted preparándole para un día llevarle al Reino de los Cielos.

A Él es el Reino. Él tiene el derecho de Reinar y ser El Primero. Todo es de Él y para Él. En otras palabras, es el Señor Quien reina, Él tiene la primera y la última palabra por encima de mis pensamientos, de mis sentimientos y de la opinión de los demás.

2° “… y el PODER …”

Todo Poder Le fue dado al Señor Jesús, tanto en los Cielos como en la Tierra, sin embargo, Él comparte con nosotros ese Poder cuando nos da Su Espíritu Santo. ¡Eso nos hace invencibles!

  …y Recibiréis Poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros … Hechos 1:8

Quiero decir algo importante antes de ir al tercer punto, algo que nos va a pasar a todos los que nos arrepentimos de verdad. En nuestro último suspiro, cuando nuestra alma se desprenda de nuestro cuerpo, será también cuando venceremos al último enemigo: LA MUERTE, ella no nos tocará debido a de este Poder en nosotros, el Poder del Espíritu Santo, de la fe que nos hizo permanecer firmes como Elegidos de Dios, por medio de la obediencia, la práctica de Su Palabra a diario, incluso ante las luchas y las persecuciones… Entonces seremos Salvos, daremos Entrada a la Eternidad con Dios y, mientras vivamos en ese mundo, Él estará en nosotros, sí…habitará dentro de su ser, haciéndole un hijo de Él.

Estamos bajo el reinado del Espíritu Santo. Cuando recibimos el Espíritu Santo recibimos poder para vencer al mundo y al diablo y a nuestro propio yo.

3° “…y la GLORIA por los siglos de los siglos. Amén”.

Hay que poner mucha atención en esta Afirmación, porque todo lo que somos, lo que pudiéramos ser, hacer o tener, todo lo que recibimos, todo debe ser para Él y para la Gloria de Él. Debemos entender que nada es para nosotros, todo es por Él, de Él y debe ser para Él.

Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la Gloria para siempre. Amén. Romanos 11:36

Él nos ha dado todo; Su Liberación, Su Perdón, Su Amor, Su Reino, Su Poder, nos ha hecho hijos Suyos por medio de Su Espíritu Santo, que cuida de nosotros en los mínimos detalles. Nos ha dado fe, sabiduría, fuerza, talentos… el oxígeno, el agua, el Sol, la Tierra, las personas…

La mayor gloria que un ser humano puede tener no es la de un matrimonio maravilloso, la de un cuerpo saludable, no es la gloria de la fama que pasa y decepciona. La gloria de este mundo falla, frustra al ser humano, pero lo que no decepciona ni frustra es cuando usted Le da a Él toda la GLORIA. La única gloria que Dios nos permite tener es esta:

«Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerMe…” Jeremías 9:24

Usted tiene que conocerLo, si Él existe como nosotros decimos que existe y habita en nosotros por medio del Espíritu Santo como lo ha prometido, debe verLo en usted. Pero, para recibirLo, tiene que entregar su vida también —porque Él ya entregó la Suya— y recibir Su Espíritu y volverse hijo de Dios.

“… y de comprender que Yo Soy el Señor que actúo en la tierra con Gran Amor, Derecho y Justicia, pues es lo que a Mí Me agrada», Afirma el Señor. Jeremías 9:24

¿Qué Le agrada al Señor? Que usted Lo entienda y Lo busque. Él no quiere que sea un religioso, miembro de una iglesia, un fanático, Dios quiere que sea hijo de Él. Como hijo de Dios usted no puede ser una persona desequilibrada, incrédula, materialista, egoísta, vanidosa, religiosa, sino una persona transformada, feliz, con paz, usted va a exhalar paz, donde llegue llegará la Luz de Dios, porque tendrá Su Gloria, la Gloria de Su Presencia, que es Su Espíritu.

Obispo Júlio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!

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